Entre los satélites naturales, destaca el satélite Tritón por ser uno de los cuerpos celestes más helados del sistema solar en el que, además, se detecta mucha actividad geológica, lo que produce efectos interesantes en esta luna. Entérate aquí de qué se trata y de algunas otras características y curiosidades de este satélite.
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Características del satélite Tritón
El satélite Tritón es uno de los catorce satélites que orbitan alrededor de Neptuno, siendo el más grande entre ellos con dimensiones que llegan a igualarse a las del planeta enano Plutón y es que, además, es el séptimo mayor del sistema solar.
Lo impresionante de Tritón son esas bajas temperaturas que lo hacen el más frío de los astros del sistema solar debido principalmente a que se encuentra muy lejos del Sol, pues, según los estudios realizados, el satélite Tritón está a 4.500 millones de kilómetros del Sol, razón por la cual se llegan a registrar temperaturas que rondan los -235 ºC.
Fue descubierto por William Lassell, astrónomo británico, el 10 de octubre de 1846, justo unos pocos días después de que fuera ubicado el planeta. Fue bautizado con el nombre de Tritón, por el dios griego del mar. En el post Satélite Ariel también encontramos información interesante de satélites alejados del Sol.
Su corteza se compone de nitrógeno congelado bajo la cual se cree existe una superficie de roca y metal. Asimismo, muchos científicos aseveran que existe también un amplio océano bajo esa corteza. Así, se puede leer en la Revista de Astrobiología 2012, en la que investigadores de la Universidad de Maryland señalan que es muy probable la existencia de un océano subterráneo rico en amoníaco en Tritón.
En este astro se presenta el hecho de que se produce una intensa actividad geológica, lo que, de acuerdo con los estudios que se han realizado, es producto de la compleja historia geológica de esta luna, debido a los extraños y complicados terrenos criovolcánicos y tectónicos que caracterizan a este satélite.
Asimismo, según las imágenes de su superficie que fueron tomadas por la sonda estadounidense Voyager 2 en su recorrido por esa zona en agosto de 1989, es posible visualizar una especie de géiseres que expelen nitrógeno líquido desde el interior de la corteza helada.
En virtud de este hallazgo se hizo una modificación de la noción que se tenía del vulcanismo, en el cual por naturaleza se había establecido que los cuerpos gélidos no deberían ser geológicamente activos. En Ganímedes Satélite se puede ahondar sobre las características de los satélites grandes.
Con lo descubierto en Tritón quedó demostrado que puede haber actividad geológica siempre que esté presente un medio fluido, el cual puede ser roca fundida, nitrógeno o agua.
De la misma manera, los astrónomos han señalado que por estar tan cerca de Neptuno, Tritón puede llegar a desintegrarse debido a la gran fuerza de gravedad que ejerce el planeta sobre él y se podría convertir, entonces, en un nuevo sistema de anillos más brillante que el de Saturno.
Ello daría lugar a lo que se conoce como el efecto del Límite de Roche, por el cual se produciría una colisión de Tritón contra la atmósfera de Neptuno o, tal vez, se destrozaría formando el anillo antes señalado alrededor de Neptuno igual que Saturno.
Físicas
Las características físicas de Tritón nos muestran, según lo ya referido, que es un satélite de un tamaño mayor que las otras lunas del planeta, las cuales en conjunto constituyen una tercera parte del uno por ciento total. Los científicos coinciden que esto se debe a que cuando Tritón fue atraído hacia el planeta, destruyó gran parte del sistema lunar original que había en Neptuno.
Por tener actividad geológica muestra una superficie compleja y de reciente data. Además, por su tamaño y composición se le ha comparado con Plutón con el que guarda muchas otras similitudes, y se piensa por ello que Tritón podría haber sido un planeta semejante a éste, aparte de ser la única luna neptuniana de forma esférica.
Según lo reportado por las imágenes del Voyager 2 se cree que el manto de hielo brillante que se observa puede estar cubriendo una gran área de terreno rocoso, que incluso pudiera contener metal.
Ese núcleo rocoso se calcula corresponde a los dos tercios de la masa total de Tritón, lo que es más que cualquier otro satélite del sistema lunar, exceptuando las lunas de Ío y Europa.
Tritón tiene un espacio ocupado por aproximadamente un 25 % de agua helada esencialmente localizada en el manto y se ha encontrado que su densidad media es de 2.061 gr/cm.
Su superficie comprende, sobre todo, hielo de nitrógeno, pero también hielo seco (dióxido de carbono helado), hielo de agua y hielo de monóxido de carbono y metano.
Igualmente, según los estudios, se estima que podrían existir hielos ricos en amoníaco en la superficie, pero éstos no pudieron ser detectados plenamente por la sonda.
Topografía
Los expertos han sugerido que en Tritón podrían existir regiones con densidades diferentes que pudieran oscilar entre 2,07 y 2,3 gr/cm3, en las que se cree hay formaciones rocosas, que muestran un aspecto resbaladizo, debido a las sustancias heladas, que las recubren, sobre todo metano helado.
En la región sur de Tritón se puede ver una cubierta de nitrógeno y metano helados con cráteres y géiseres dispersos, corroborando la intensa actividad geológica en el área.
Lo más resaltante de esta topografía es la superficie helada de todo el satélite, que es reflejo de la poca energía solar que recibe el satélite.
En cuanto al polo norte de Tritón no se tienen mayores detalles, ya que se encontraba en penumbras cuando el Voyager 2 hizo su recorrido por la zona, pero se estima que debe haber un casquete polar como el del polo Sur.
Igualmente, se han podido distinguir cordilleras y fallas paralelas de hielo en la región ecuatorial que se destacan sobre el terreno de valles difusos.
Terreno de cáscara de melón
Se ha encontrado una zona muy particular en el hemisferio norte que tiene aspecto de cáscara de melón, de allí su nombre, y se ubica específicamente en lo que se ha llamado región Bubembe.
Se calcula que dicha zona ocupa la mayor parte del hemisferio Norte y que podría ser la superficie más antigua del satélite. En este terreno se han identificado depresiones de 30 a 50 km de diámetro, separadas por sierras curvas.
Se cree que se originaron de erupciones de hielo viscoso y su altura se estima llega a 1 km. Este tipo de terreno solo se ha visto en Tritón y pareciera no haber sido impactado por meteoritos, pues su superficie es muy regular.
Criovulcanismo
La actividad geológica de Tritón se evidencia en los surcos y grietas encontrados en su superficie, producto de los géiseres de nitrógeno que se activaron.
Su superficie es de data reciente, con pocos cráteres, valles y crestas de compleja estructura resultantes de los períodos de congelación y calentamiento, así como de la actividad volcánica.
En su paso por Tritón el Voyager 2 captó volcanes helados o criovolcanes, que expelen nitrógeno líquido, polvo o compuestos de metano expulsados desde el interior del satélite con humaredas de hasta 8 km de alto.
Los investigadores consideran que esta actividad criovulcánica es ocasionada por el calentamiento azonal proveniente del Sol y no por calentamiento de los volcanes como sucede en la luna Ío.
Los criovolcanes que se han observado activos se han llamado Hili y Mahilani, nombres de espíritus del agua de la mitología africana.
De la atmósfera
Se observa una capa atmosférica difusa con pocos elementos y en la superficie se han distinguido puntos negros llamados maculae.
Es una atmósfera ligera en la que se ha podido detectar presencia de nitrógeno en 99,9 % y un 0,01 % de metano, registrando una presión atmosférica de solo 14 microbares.
De las observaciones de la sonda Voyager 2 se pudo identificar una fina capa de nubes, a partir de una de las imágenes obtenidas del contorno tritoniano. Estas nubes están compuestas de hielo de nitrógeno y se forman en la región de los polos.
Asimismo, es posible distinguir una niebla fotoquímica que alcanza una altura de 30 km, formada de varios hidrocarburos, parecidos a los de la luna Titán. Se cree que los hidrocarburos contribuyen a darle ese aspecto rosado de la superficie.
Su temperatura en la superficie es de cerca de -235 ºC, más baja que la temperatura media de Plutón, siendo la más baja temperatura jamás medida en el sistema solar.
En cuanto al clima, los astrónomos encontraron que la atmósfera de Tritón cambia con las estaciones. Así, por ejemplo, se pudo observar a través del Gran Telescopio o VLT (por sus siglas en inglés) de Chile que en época de verano en el hemisferio sur de este cuerpo celeste el el calor del sol engrosó la atmósfera.
Órbita y rotación
Tritón se destaca con respecto a las otras lunas de gran tamaño porque es la única que tiene una rotación retrógrada; es decir, que gira en sentido contrario a la rotación del planeta, lo que resulta muy peculiar en virtud de semejante tamaño del satélite.
¿Cuál es el origen del Satélite Tritón?
Los astrónomos señalan que el origen de Tritón se sitúa en el llamado el cinturón de Kuiper, denominado así según el nombre de su descubridor, el astrónomo holandés-estadounidense Gerard Kuiper.
Dicho cinturón es un disco o anillo circunestelar de gran magnitud que va desde centro de la órbita de Neptuno hasta aproximadamente 50 unidades astronómicas (UA) del Sol.
Este cinturón de Kuiper consiste sobre todo de pequeños cuerpos o restos de cuando se formó el sistema solar. La mayoría de los objetos de este cinturón se componen de volátiles congelados a base de metano, amoníaco y agua, así como de roca y metal.
En dicho cinturón de Kuiper están ubicados tres planetas enanos oficialmente reconocidos: Plutón, Haumea y Makemake, así como algunas de las lunas del sistema solar, como Tritón y Febe de Saturno, que pueden haberse originado en la región.
Astronómicamente, se tiene que los satélites con órbitas retrógradas no pueden haberse formado de la misma nebulosa solar en la que se han creado los planetas que orbitan, sino que deben de haber sido capturadas de otros lugares.
Por tal motivo, se cree que Tritón haya sido originalmente un cuerpo celeste del mencionado cinturón con una órbita independiente en torno al Sol.
La rotación de Tritón se habría llevado a cabo por las fuerzas gravitacionales de Neptuno que actuaron sobre el satélite, capturándolo en su órbita. En cuanto a esta captura del satélite se estima ocurrió según dos hipótesis:
- La primera se refiere a que, para que dicha astro fuera capturado por las fuerzas de la marea de un planeta, dicho astro debe perder suficiente energía reduciéndose su velocidad de tal manera que le sea imposible escapar, pero que chocó con otro objeto lo que evitó que colisionara con el planeta.
- La segunda hipótesis refiere que antes de ser capturado, Tritón tenía un satélite muy masivo similar al satélite de Plutón, Caronte, y cuando se encontró con Neptuno, la atracción gravitatoria de éste destruyó a ese pequeño satélite e hizo que entrara en la órbita alrededor del planeta. La captura se produciría de forma suave y breve, salvando a Tritón de la colisión.
¿Hay posibilidad de vida en el Satélite Tritón?
Ya hemos visto que Tritón es uno de los lugares más fríos del sistema solar, con una órbita retrógrada, poco convencional y extraña. Los estudios sugieren que Tritón posee un calentamiento interno, en especial, debido a la interacción con las otras lunas de Neptuno.
Tal apreciación surgió con lo arrojado por el paso de la Voyager 2 en 1989, que develó la actividad volcánica, pero de un tipo de vulcanismo helado en el que se ocurre derretimiento de hielos de agua y nitrógeno y, tal vez, metano y amoníaco.
Ello genera en la atmósfera nitrógeno y metano. Como sabemos, el nitrógeno forma parte principal de la atmósfera terrestre, y el metano normalmente lo encontramos en la Tierra y está vinculado a la vida y que es un producto secundario de la actividad normal de esta.
Ahora bien, siendo Tritón un cuerpo celeste extremadamente frío, si no fuera ese el caso, la presencia de estos dos componentes en la atmósfera podrían ser indicios de vida en el satélite.
No obstante, teniendo en cuenta la actividad geológica y el posible calentamiento interno que se ha sugerido existe en Tritón, ello podría inducir a pensar que se podría albergar formas de vida primitiva en agua líquida bajo la superficie, con rasgos similares a los sugeridos para la luna Europa de Júpiter.
Por tal razón, se podría especular que Tritón, que a pesar de ser físicamente de temperaturas extremas, se podrían originar formas extrañas de vida, no conocidas en la Tierra.
Exploración
Desde su descubrimiento esta luna Tritón ha sido considerada de mucho interés científico por sus peculiares características, de allí que se organicen misiones para explorar más a fondo su superficie y composición.
La primera fotografía que se obtuvo del satélite mostraba un cuerpo celeste con un color rosa-amarillento, lo que llamó inicialmente la atención sobre esta luna.
Sus propiedades orbitales fueron plenamente identificadas en el siglo XIX y desde ese entonces, se exploró su órbita retrógrada, ubicándola en un ángulo muy agudo respecto a la de Neptuno.
En 1930, se logró efectuar las primeras averiguaciones del satélite, pero no fue sino con la llegada de la Voyager 2 a finales del siglo XX que se pudo obtener mayores y mejores precisiones acerca de su composición.
Antes de esto solo se tenían suposiciones en cuanto a su superficie y se especulaba de que había mares de nitrógeno líquido y una atmósfera densa en nitrógeno y metano en una concentración de 30% más que la terrestre, los cuales resultaron datos equivocados.
El primer intento de estudio exploratorio sobre el diámetro de Tritón se efectuó en 1954 por Gerard Kuiper, quien estimó que abarcaba unos 3.400 km. Posteriormente se realizaron otros estudios del mismo parámetro, los cuales reportaron valores entre 2.500 y 6.000 km, con un tamaño un poco menos que el de la Luna.
Gracias a los datos arrojados de las incursiones de la Voyager 2 tras su paso por Neptuno se obtuvo con precisión que el diámetro de Tritón es de 2.706 km.
Exploraciones efectuadas a Tritón desde la Tierra en la década de los años 90 mostraron que su atmósfera es mas densa que lo reportado por la Voyager 2.