El mal de montaña o mal de altura es una afección que presenta una gran parte de la población. En este artículo te contaremos más sobre este problema de salud, que estamos seguros no conocías.
Es importante mencionar que, las montañas cubren una gran parte de la superficie terrestre y por otro lado gran parte de la población ha hecho de altitudes muy altas su lugar de hábitat. En ese sentido, también existe una gran cantidad de personas que viajan anualmente a sitios de altura, con el fin de hacer turismo o practicar alpinismo. Este tipo de personas están en riesgo de padecer el síndrome del Mal de Montaña.
El Mal de Montaña puede causar problemas muy graves a la salud de quien lo padece. Entre sus consecuencias más graves, está la presencia de edemas cerebrales y pulmonares, todos ellos relacionados a la altitud. El Mal de Montaña es un problema que pone en riesgo de la vida de las personas que lo sufren. Cabe destacar que, el Mal de Montaña ocurre cuando las alturas superan los 2500 metros.
Esta afección ocurre cuando una persona se somete a una altura elevada. En ese momento, el cuerpo sufre una reducción de la presión arterial que provoca paralelamente a una disminución de la oxigenación que va a los pulmones. Este cambio provoca que haya menos presión para dirigir la distribución del oxígeno a los alvéolos. De esta manera, el cuerpo produce una respuesta de hiper-ventilación respiratoria con deshidratación.
Durante, el proceso de aclimatación el ascenso a alturas elevadas disminuye la resistencia del organismo al ejercicio y provoca el aumento de las lesiones por frío. Por otra parte, si el ascenso se realiza de forma muy rápida, el cuerpo puede producir hipoxemia, debido al estrés, así como también otros estados patológicos relacionados a las alturas elevadas.
El Mal de Montaña o mal de altura, es un síndrome neurológico que se caracteriza por tener síntomas como dolores de cabeza, náuseas, fatiga y mareos. Generalmente, estos síntomas aparecen 6 o 12 horas después de ascender a grandes altitudes. Te recomendamos que conozcas también sobre el artículo que habla de los Nutrientes del Suelo
Puede ser crónico
El Mal de Montaña puede ser crónico en personas que habitan en grandes alturas. Cuando esta afección es crónica nos podemos encontrar con molestos síntomas, como lo son alteraciones en la memoria, fatigas físicas y mentales, cefaleas, dolores musculares y articulares,así como también quemaduras en las palmas de las manos y pies. Los síntomas más comunes están relacionados con problemas en el sistema nervioso central.
Síntomas del Mal de montaña
El Mal de Montaña es una enfermedad muy común en personas que practican alpinismo, excursiones, esquiadores o viajeros que prefieren conocer terrenos de altitudes muy grandes. Estas alturas como ya mencionamos deben superar los 2500 metros. Este mal suele aparecer cuando al ascender, se disminuye la presión atmosférica y de esta manera bajan los niveles de oxígeno del cuerpo.
La rapidez con la que ocurra la ascensión está relacionado con el aumento de la probabilidad de padecer el peligroso Mal de Montaña. Cabe destacar que, los riesgos aumentan si la persona vive cerca del nivel del mar, si ha padecido de la enfermedad en momentos previos, si se asciende rápidamente, sino se consigue climatizar el cuerpo durante el recorrido de la altura.
Recordemos también que, se debe tener especial cuidado en aquellas personas que tienen problemas médicos como los relacionados con el corazón, el sistema nervioso y los pulmones. En el caso del alcohol, se debe considerar que su ingesta interfiere en la climatización del organismo. En esta sección del artículo te contaremos sobre algunos síntomas del Mal de Montaña.
Diarrea
Uno de los primeros síntomas del Mal de Montaña que ocurren está relacionado con afecciones del sistema digestivo. Entre los trastornos más comunes están la de las náuseas, vómitos, diarreas e incluso reducción en el apetito. Estos síntomas se hacen visibles tras el paso de algunas horas de estar en el lugar con altitud y se pueden agudizar durante la noche.
Dolor de cabeza
El Mal de Montaña o mal de altura tiene como síntoma más limitante los dolores de cabeza. Es que este síntoma no viene sólo y generalmente se acompañan de mareos, desviaciones de la realidad, confusiones y somnolencia. Cuando esto ocurre se puede producir insomnio y por ende el organismo experimenta cansancio constante. Este síntoma produce que se disminuya la concentración mental y psicológica.
Mal de montaña en bebés
El Mal de Montaña es un problema que puede afectar tanto adultos como niños. Su principal causa está en la disminución en la cantidad de oxígeno en el aire. La predisposición es variable de una persona a otra; no obstante el riesgo aumenta en la misma medida con la rapidez con que se ascienda y se relaciona con la altura de la montaña que se esté escalando.
En ese sentido, se puede decir que un bebé sano puede ascender a cualquier altura. Sin embargo, en grandes altitudes por encima de los 2500 metros de altura, se necesita un período de aclimatación, para que su pequeño organismo se vaya acostumbrando gradualmente al nuevo ambiente. Los síntomas del Mal de Montaña en niños son muy similares a los que ocurren en adultos.
En los bebés el Mal de Montaña suele manifestarse a las 6 horas de haber llegado al terreno alto. Generalmente, los niños presentan dolores de cabezas y malestares gastrointestinales. En ocasiones, se pueden observar dificultades de respiración. Uno de los síntomas más visibles es la respiración acelerada y dificultad para conciliar el sueño durante la noche. Si se logra el sueño, se puede sentir un cuadro de alteración muy fuerte en el bebé.
En situaciones normales, los síntomas deberían desaparecer en máximo tres días. No obstante, en pocos casos se ha presentado complicaciones mayores. Esto sucede cuando el niño permanece sometido en esfuerzo excesivo y puede ocurrir un edema pulmonar y cerebral. En estos casos, los síntomas visibles son el cambio de color de los labios del niño, tornándose azules, vómitos continuos y dificultad para hablar o caminar.
Se recomienda que cuando ocurren los primeros síntomas del Mal de Montaña, se debe llevar inmediatamente al niño a una altura más baja, al menos 700 metros menos de los 2500 de altitud. Lo importante en estos casos, es seguir ciertas indicaciones como infundir tranquilidad y hacer que respire lento y profundo. Se puede ayudar al niño, colocando la mano sobre el abdomen y enseñándole a inhalar por la nariz y soltar por la boca.
Se le debe administrar oxígeno de ser necesario y en cuanto sea posible. Si el niño presenta dificultades para caminar se le debe transportar sentado. En casos de Mal de Montaña más leves, se debe tener al niño en reposo durante dos o tres días y darle de comer alimentos que sean de fácil digestión, acompañados de abundante agua. Debemos ser vigilantes antes una situación así en nuestros niños.
Cabe destacar que, los bebés podrán volver a sus actividades física normales de forma gradual, en lo que se sienta mejor. Lo ideal es que antes, de llevar al niño a una montaña se lleve previamente al especialista para determinar que se encuentra en buen estado de salud. Es importante mencionar que, lo expresado en este artículo sólo constituye el ámbito informativo, jamás podrá ser la apreciación de un especialista.
Tratamiento del Mal de montaña
En los casos de sufrir Mal de Montaña, es importante mencionar que la prevención siempre será mejor que los tratamientos. Además de indicarte algunos tratamientos médicos, consideramos relevante darte algunas técnicas o estrategias a considerar al sufrir el Mal de Montaña. El principal y más importante es no seguir ascendiendo en el momento que empieces a sentir algunos de sus síntomas.
De tener problemas de respiración grave, se debe iniciar el descenso al centro de salud más cercano. Esta recomendación es importante pues los problemas relacionados a dificultades de respiración, en ocasiones representan una amenaza de la vida. En los casos leves, de presentarse cefaleas se puede tratar con analgésicos como paracetamol. Conoce también sobre el Páramo de Santurbán
Generalmente, para tratar el Mal de Montaña se utilizan tratamientos farmacológicos. Es importante resaltar que los medicamentos deben ser indicados por especialistas y que no se debe administrar por su propia cuenta. Esto puede traer consecuencias graves al organismo. En esta sección te hablaremos sobre algunos de los tratamientos médicos recomendamos, pero lo ideal es consultar al especialista.
Acetazolamida
Es un medicamento que inhibe la presencia de la enzima anhidrasa carbónica. Esta enzima tiene como función mantener el equilibrio entre el agua y las sales del organismo.Este mecanismo de acción es muy favorable para tratar el síndrome del Mal de Montaña. En casos de gravidez, se debe usar en conjunto con otros medicamentos como los diuréticos, obteniendo resultados muy beneficiosos para el cuerpo.
Anti-inflamatorio no esteroideo
Los medicamentos conocidos como anti-inflamatorios no esteroideos, son fármacos que pertenecen a grupos que tratan afecciones como dolor, inflamación y fiebre. Entre los más comunes que son comercializados nos encontramos con el ibuprofeno, diclofenac, piroxicam, entre otros. Estos medicamentos, han obtenido resultados favorables en los organismos, en diversos tratamientos.
Los anti-inflamatorios no esteroideos, alivian síntomas como el dolor de cabeza, predominante en la afección del Mal de Montaña. Cabe destacar que, tiene un poder antiagregante y por ello disminuye la posibilidad de que ocurran trombosis, gracias a que evita la formación de coágulos. Su uso, es muy importante para prevenir problemas vasculares y evitar edemas cerebrales.
Tratamiento natural
A pesar de que los más común es tratar la enfermedad del Mal de Montaña con indicaciones farmacológicas, existe la posibilidad de aliviar los síntomas con tratamientos naturales. La primera recomendación médica natural es que cuando ocurran los primeros síntomas, se debe iniciar rápidamente el descenso. Es una de las soluciones más prácticas y comunes.
Se deben evitar el consumo de alcohol y tabaco. Pues estos pueden agravar la situación durante el padecimiento del Mal de Montaña. La siguiente sugerencia de tratamiento natural es ingerir abundante agua y evitar bebidas con azúcar artificial o sus derivados. La hidratación y el descenso en estos casos son de vital importancia para resguardar la salud. Te invitamos a que leas sobre la Permeabilidad del Suelo
En caso de ver que los síntomas se vuelven más intensos, se debe acudir de manera inmediata al especialista. Si estamos fuera de nuestra país, se recomienda contratar algún servicio de seguro de viaje, que conste de asistencia y traslado sanitario. Lo importante es estar preparado ante cualquier eventualidad de salud y poder responder de forma correcta ante el auxilio de una persona con síntomas del síndrome de Mal de Montaña.
¿Cómo es en hipertensos?
Las altitudes representan un serio problema en aquellos que padecen de presión arterial alta. En estos casos, estar en lugares muy altos pueden ocasionar que se eleve la presión arterial y ocurran consecuencias desfavorables. En los pacientes hipertensos se recomienda vivir a una baja altura sobre el nivel del mar. Esto se debe a que el flujo de oxígeno debe ser el adecuado y similar a la presión que se obtiene a nivel del mar.
En el caso de sufrir de Mal de Montaña en personas con presión arterial alta, la administración del oxígeno debe suplementario los tratamientos farmacológicos convencionales. Las personas que padecen esta afección deben evitar ascender a altitudes mayores de 1500 metros, sin llevar oxígeno como apoyo. Se recomienda que los pacientes acudan constantemente al especialista para verificar su estado de salud.
Mal de Montaña en Machu Pichu
El Machu Pichu es uno de los lugares más majestuosos que existen en el mundo. Su valor está considerado desde el contexto histórico pues fue construido hace más de 500 años. Es un lugar de gran preferencia turística, pues se considerado una joya del mundo y es muy fácil quedarse sin aliento ante su majestuosidad. Una de sus mayores atracciones es su altitud.
Esta impresionante altura, hace que los problemas de respiración sea una afección común entre los turistas que la visitan. Esta afección provoca incomodidad y disminuye la posibilidad de disfrute del viaje al máximo. El Mal de Montaña es un problema serio y no debe subestimarse al presentar algunos de sus síntomas, por lo tanto es importante obtener ciertas recomendaciones antes de iniciar un viaje de este tipo.
Como ya hemos mencionado, el Mal de Montaña ocurre cuando en la altitud el aire se hace más delgado y se presenta menos presión. Aunque el porcentaje de oxígeno existente es el mismo, el aire se torna más denso, por lo que cada vez que se respira se inhala menos cantidad de oxígeno. Para el cuerpo protegerse, el organismo comienza a respirar de forma más acelerada, con el fin de bombear más sangre y por ende más oxígeno.
La verdad es que, no existe una cura para el Mal de Montaña y la única solución será comenzar el descenso hasta llegar a una elevación por debajo de los 2400 metros. En ese sentido, el Machu Pichu tiene una altura normal que no supera los 2400 metros, pero el problema se presenta en el Cusco que se encuentra a los 3400 metros de altura. Cabe destacar que, esta es la única forma de llegar al Machu Pichu.
Mal de montaña en Teide
El Teide es una cima que se encuentra en la provincia Tenerife, en España. Es una excursión de gran predominio turista. Es considerada el techo de España y su visita es uno de los recorridos más espectaculares que existen. Desde su altura se puede observar toda la isla. En ella se observan también paisajes volcánicos, el mar y esta mezcla de ambientes hacen que sea más interesante.
La montaña de Teide tiene una altitud de 3718 metros de altura. Por ello, es muy común observar problemas como el Mal de Montaña. Su sugiere en estos casos hacer pequeños descansos en refugios durante su recorrido, como el conocido en el parador de las Cañadas del Teide. Este descanso permite que el organismo se pueda aclimatar y de esta forma adaptarse a la nueva altura.
Sin embargo, subir al Teide es de acceso restringido y por ello se deben tramitar permisos especiales. Lo importante aquí, es que para evitar el Mal de Montaña se debe ascender despacio y respirando con fuerzas, con el fin de que los pulmones pueden llenarse de oxígeno y la subida resulte más sencilla y segura para el organismo. Se debe beber agua poco a poco para mantenerse hidratado.
Cabe destacar que, muchas personas suben el Teide diariamente, lo importante es estar preparado en caso de presentar algunos de los síntomas del Mal de Montaña. No obstante, se puede considerar que esta montaña es muy fácil de escalar. Así mismo, se recomienda que igualmente se realice una inducción con personal calificado para el alpinismo.
La importancia, de este tipo de inducciones es que podemos estar más seguro al conocer toda la información necesaria no sólo del recorrido, sino también de las posibles actuaciones ante un evento como el Mal de Montaña. La manera como respondamos antes este tipo de problemas, será determinante para salvar la vida de una persona, así que no subestimemos ninguna preparación previa.
¿Cómo es en avión?
El Mal de Montaña es una afección que padecen uno de cada quince pasajeros, debido a los cambios de presión que se pueden producir en las cabinas de los aviones. Sobre todo este problema, se presentan en los viajes de larga duración. Estas conclusiones son arrojadas por investigaciones de varias compañías aéreas, quienes en apoyo de especialistas han estudiado este molesto síndrome.
Estas investigaciones han arrojado que las personas mayores suelen adaptarse de mejor manera a los cambios de presión en los aviones, en comparación con los adultos jóvenes. Esta conclusión no tiene ningún tipo de basamento investigable al respecto. Entre los síntomas más comunes que se suelen presentar en los aviones, tenemos dolores de cabeza, dolores musculares, pérdida de coordinación, entre otros.
En las cabinas de los aviones también se pueden presentar problemas en los reflejos, congestión nasal y en ocasiones irritaciones oculares. También son frecuentes síntomas como mareos, náuseas, falta de apetito o trastornos del sueño. Aunque estos síntomas son los presentados por el padecimiento del Mal de Montaña, en la terminología de los aviones se conoce como “Jet lag”.
No obstante, han ocurrido síntomas pocos frecuentes como el dolor agudo de oídos a consecuencia, de dificultades que experimentan algunas personas por los cambios de presión. En ocasiones también se han presentado problemas como crisis de pánico, que producen hiper-ventilación y puede poner en riesgo la vida de la persona que lo padece.
Por ello, muchas de las líneas aéreas tienen personal calificado para atender dichos problemas y brindar en todo momento seguridad al pasajero. Sin embargo, es importante destacar que algunas condiciones médicas pueden empeorar el problema y por lo tanto, las evaluaciones con el especialista antes de viajar en avión serán determinantes como factor de prevención de cualquier síndrome como el Mal de Montaña.
En bovinos
El Mal de Montaña es una afección que también se presenta en animales como los de la especie bovina. Los bovinos presentan problemas con la altitud, a partir de los 1800 metros de altura. Estos problemas son importantes cuando el ganado es productor de leche y una difícil adaptación puede traer serios consecuencias. Los síntomas del Mal de Montaña en bovinos son el desequilibrio del pulso venoso.
Además se pueden presentar problemas en el pecho, trastornos en el sistema digestivo, decaimiento y problemas para desplazarse. Esto se debe a que, se puede presentar insuficiencia cardíaca gracias a la constricción de los pulmones. Esto puede resultar muy peligroso para el ganado y su cría, por lo tanto en estos casos se sugiere acudir a una evaluación con el veterinario.
De esta manera, se puede decir que el Mal de Montaña es una afección que puede afectar tanto a los seres humanos como los animales. Lo importante es que en muchas de las oportunidades, los síntomas pueden ser reversibles y no causar ningún daño en el organismo. Cabe destacar que, lo expresado en este artículo no constituye la apreciación de un especialista y que lo primero que debemos hacer es acudir con profesionales.