La Nebulosa del Cono la podemos describir como una gran maternidad de estrellas, es la analogía perfecta para esta zona de la galaxia, en donde se encuentran todas las condiciones para dar vida a nuevas estrellas y planetas. ¿Quieres conocer cómo es esto posible y por qué recibe el nombre de la Nebulosa del Cono?. Entonces te invitamos a disfrutar de la información que traemos en este artículo.
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Características de la nebulosa del cono
Comenzaremos este artículo poniéndolos en contexto sobre la Nebulosa del Cono, primero vamos a conocer de qué se trata esta nueva curiosidad del Universo. La nebulosa del Cono, se conoce astronómicamente con las siglas NGC 2264.
La fotografía anterior es solo una parte de la nebulosa del cono captada con una sonda espacial. Solo esa parte mide 2,5 años luz, lo que equivale a 23 millones de viajes a la Luna, ida y vuelta. ¿Sorprendido?, solo estamos comenzando.
La Nebulosa del Cono se encuentra en la Constelación de Monoceros, esta es una constelación que se ubica en el hemisferio norte y que puede ser localizada dejándonos guiar por sus constelaciones vecinas, las cuales son: Constelación Can Mayor ubicada al este, Constelación Hydra al Sur, Constelación Orión al oeste y la Constelación Géminis al norte.
Dentro de la Constelación de Monoceros se encuentra una región que es identificada por los astrónomos como H II, la cual se caracteriza por ser una nube generada por la presencia de gas y plasma, recordemos que el plasma es un estado de la materia con características totalmente diferentes a los sólidos, líquidos y gases. Esta región es tan grande que se estima que puede llegar a tener un tamaño de varios cientos de años luz.
Dentro de esta región llamada H II, se encuentran todas las condiciones cósmicas necesarias para que se formen nuevas estrellas. En el proceso de formación y desarrollo de nuevas estrellas se emiten grandes cantidades de luz ultra violeta.
Alrededor de la región H II se forma una nebulosa que es ionizada con esta cantidad de luz ultravioleta y la energía que emiten otros cuerpos celestes. La Nebulosa del Cono fue descubierta por William Herschel en 1785, un astrónomo de quien hablaremos más adelante. Ahora sí, ya que conocemos de qué se trata la Nebulosa del cono, entremos en materia.
La Nebulosa del Cono o NGC 2264 se encuentra alrededor de la región H II, en donde también es reconocida una parte del entorno de toda esta constelación la cual han llamado The Christmas Tree Cluster, que traducido al español significa Cúmulo de Árbol de Navidad.
En las nuevas clasificaciones y reseñas de los catálogos, hacen referencia a ambos como dos cuerpos separados y no como un solo objeto o una sola región. Se trata en realidad de una región inmensa en donde se forman nuevas estrellas.
La Nebulosa del Cono es una maternidad llena de polvo y gas, en donde incursionan los vientos cósmicos llenos de energía, que son generados cada vez que surge una nueva estrella. La misma se encuentra aproximadamente a 2.500 años luz de la Constelación Monoceros.
Es tan grande que debemos hablar de ella en años luz, por ello las fotografías captadas por el telescopio Hubble permiten estimar una longitud de 7 años luz. Se reconoce en su forma la prevalescencia de una cabeza, que se estima tiene un diámetro de 2.5 años luz.
La forma de cono que se observa en la acumulación de polvo y gas que da vida a la nebulosa, parece ser producida por el viento que es emitido por la presencia de la estrella masiva NGC 2264 IRS. Cuando hablamos de estrellas masivas, nos referimos a estrellas que tienen una masa 10 veces mayor a la masa de nuestro astro rey, el Sol.
Esta inferencia surge por la ubicación de dicha estrella en referencia a la formación de la nebulosa del cono. La Nebulosa presenta un color rojizo, que puede estar siendo generado por la presencia de gran cantidad de gas hidrógeno brillante.
También puede ser descrita como una gran nube densa. Su luminosidad es diferente y variable, es decir, no siempre se va a observar con el mismo brillo. Esto se debe a que su luminosidad depende de la estrella cercana, además de la interacción del polvo y el hidrógeno que se encuentra en la región. Recordemos que esta zona se está ionizando de manera constante, pero de forma irregular.
A este fenómeno se debe adicionar el hecho de que se produce radiación por la formación de nuevas estrellas, las cuales también emiten calor y erosionan la superficie de la nebulosa en donde tienen origen. Por otra parte, la luz ultravioleta que se produce eleva la temperatura de los bordes de la nebulosa del cono, promoviendo la liberación de gas hacia el espacio que circunda a la nebulosa. Todo esto junto puede asemejar una gran tormenta de color predominantemente rojo.
La presencia de hidrógeno en la nebulosa le confiere ese halo rojo característico de la nebulosa del cono, que se forma generalmente alrededor de la gran columna y el cuello que se acerca a la gran cabeza. Los colores azules y blancos son emitidos por las estrellas que se encuentran cercanas en la nebulosa y que es además reflejado por las partículas de polvo. En las zonas más oscuras de la nebulosa del cono, se infiere que ocurre la formación de nuevos planetas.
¿Quién la descubrió?
¿Cómo fue descubierta la Nebulosa del Cono y cómo pudieron los científicos llegar a la conclusión de lo que se trataba este inmenso lugar de la galaxia?, es algo de lo que necesariamente tenemos que comentar. La Nebulosa del Cono se encuentra en una zona de formación estelar, en la que predomina polvo y gas.
Las zonas donde se forman las estrellas son de gran interés para los astrónomos, en principio son zonas oscuras y densas en donde se comienza a acumular polvo y gas, que con el tiempo permiten la formación de una estrella, esta alimenta la zona con luz y energía, lo cual produce otra serie de procesos que dan lugar a las nebulosas o regiones donde se forman estrellas.
Dependiendo de la actividad, estas serán más o menos brillantes y llamativas. Estas zonas son reconocidas por los astrónomos como regiones H II, en donde se encuentra la Nebulosa del Cono, misma que fue descubierta a finales del siglo XVIII por William Herschel, un astrónomo alemán, que construía sus propios telescopios.
Pero conozcamos un poco de la vida del responsable de descubrir a la Nebulosa del Cono. Nació en Hannover, Alemania en el año 1738, su nombre de pila era Friedrich Wilhem Herschel. A los 43 años de edad construyó un telescopio que tenía una lente de 40 cm de diámetro y 12,20 metros de longitud.
Herschel identificó que inclinando ligeramente el espejo de su telescopio, evitaba que se bloquearan los rayos incidentes, obteniendo una mejor imagen. Con ese telescopio construido por él, descubrió Urano al cual llamo “Jorge”, en honor al Rey Jorge III, también descubrió las dos Lunas de Urano, llamadas Titania y Oberón.
Pero lo más curioso es que Herschel en realidad era músico, y uno muy bueno, ya que llegó a ser el Director de orquesta en la ciudad donde residía en Inglaterra. El trauma generado por la guerra de los siete años, en la cual tuvo que participar, lo hizo irse de su país natal hacia Inglaterra, en donde lo llamaron William Herschel, y nunca más se llamó Friedrich.
Fue a los 35 años, luego de leer un libro de astronomía, que quedó fascinado con está área del conocimiento y comenzó a profundizar sobre esta ciencia de manera autodidacta. Desde un principio tuvo la visión de que el futuro de la astronomía dependía de los telescopios. Se hizo muy famoso también por la construcción de esta herramienta.
Conjuntamente con su hermana Caroline, realizaron grandes descubrimientos en los que se encuentran no solo planetas y lunas, sino galaxias, constelaciones y nebulosas, como la Nebulosa del Cono. Aunque Herschel no supo para el momento que observó la Nebulosa del Cono en el año 1785, de qué clase de objeto celeste se trataba, la describió y le puso nombre, llamándola H V.27, catalogada actualmente como NGC 2264.
Consideramos importante señalar que la Nebulosa del Cono tiene un aspecto totalmente diferente si se observa a través del espectro visible o si se observa a través del espectro infrarrojo. Todo ello, por supuesto depende del tipo de telescopio con que sea visualizada. Esto puede ser perfectamente perceptible por cualquiera al comparar las fotografías con ambos tipos de espectros.
Como la Nebulosa del Cono es una zona en donde se forman estrellas, es común que se observe un número importante de ellas. En la Constelación de Monoceros, la estrella más grande identificada es llamada 15 Monocerotis, es tan luminosa que puede ser observada a simple vista.
Esta gran estrella es mucho más joven que el Sol, se estima una edad que ronda entre los 2 y 10 millones de años. La masa supera treinta veces la masa solar. También se pueden identificar en este gran espacio de la galaxia en donde se encuentra la nebulosa del cono, zonas de cúmulos que incluso llegan a recibir su propio nombre, entre las que podemos desatacar la nebulosa Piel de Zorro, la cual es muy llamativa por su hermosos colores azulados y rojizos.
Las observaciones realizadas en la Nebulosa del Cono permiten incluso identificar zonas, por lo que se infiere que se puede tratar realmente de varias nebulosas, una en donde se produce la combustión de hidrógeno, la cual ocurre por ionización generada por la presencia de la estrella masiva 15 Monocerotis y luego se encuentra la otra zona o nebulosa en donde se encuentran las partículas de polvo y gas.
Otra parte que forma una zona de la nebulosa del cono y que es fácilmente diferenciada por los astrónomos es el llamado cúmulo Copo de Nieve. Se trata de una zona de protoestrellas, ya que las estrellas acaban de empezar a surgir del capullo de gas en el que fueron formadas. Estas protoestrellas son en realidad identificadas utilizando telescopios de luz infrarroja.
Con esta observación, se pudo conocer que las estrellas nacen y dejan un espacio entre cada una de ellas, esa distancia en realidad es regular y simétrica, mientras se encuentran aún presas en el cúmulo de gases. Luego que logran liberarse de esa zona, comenzarán a tener una larga vida independiente unas de otras. Es muy posible que nuestra estrella haya tenido el mismo origen.
¿Dónde se encuentra?
El universo es un lugar que nos sorprende cada día y el hombre con los años se ha abierto camino, creando instrumentos y herramientas que permiten ir conociéndolo y dilucidando sus enigmas. El hombre siempre se ha sentido atraído por el universo y ha intentado conocer más de él para poder acercarse al origen de la vida.
Acompañando a la Nebulosa del Cono, existen otras nebulosas que son llamadas las Nebulosas oscuras. Estas son también conocidas como nebulosas de absorción, en ellas ocurren asociaciones de gas y polvo del espacio, pero no se encuentran conjugadas con ninguna estrella, esta es la razón y primera gran diferencia que presentan con la nebulosa del cono. En las nebulosas oscuras no se trasmite energía.
¿En dónde se encuentra la nebulosa del Cono específicamente?, ya conocemos que se encuentra en la Constelación Monoceros, pero ¿a qué distancia? La nebulosa del Cono se encuentra a unos 2.500 años luz de distancia de la Constelación Monoceros, en el brazo de Orión.
Los datos astronómicos de la Nebulosa del Cono señalan que su nombre es NGC 2264 y se encuentra en las siguientes coordenadas ecuatoriales: ascensión recta 06 horas 41,0 minutos y declinación +09 grados 54 minutos.
Luego, como coordenadas galácticas indican una longitud de 202,9 y una latitud de +2,2. El tamaño angular de la nebulosa es de 60 minutos. La clasifican como una nebulosa tipo E, que significa que es una nebulosa de emisión, por toda la actividad que se genera en ella. La distancia aproximada a la nebulosa del cono es de 2.200 años luz y tiene un tamaño aproximado de 40 años luz.
Existen mapas generados por los astrónomos para indicar la posición de la nebulosa del cono, en estos mapas se puede observar la región en la que se encuentra la nebulosa Cono o NGC 2264, la cual usualmente se identifica con la parte más brillante de la nebulosa, en el centro.
Sin embargo, cuando se observa el mapa se puede identificar que la nebulosa del cono se encuentra esparcida a través de cinco grados en el cielo, lo que equivale a unos 190 años luz. Como referencia, en los mapas son incluidas las otras nebulosas, lo que permite mantener la distribución de la nebulosa del cono y poder hacer el seguimiento de los cambios de su distribución en el espacio.
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