Planeta Nueve: ¿planeta o un agujero negro? Investigaciones

En el sistema solar exterior se han detectado evidencias del llamado Planeta Nueve, cuyas características muy particulares son de gran interés científico. En este post encontrarás información relevante acerca de lo que hasta ahora se sabe de este hipotético planeta, su origen, investigaciones realizadas y su relación con la teoría del agujero negro.

Planeta Nueve

¿Cuál es el Planeta Nueve?

El Planeta Nueve, a veces referido como Noveno Planeta o Fattie, es la denominación que se le ha dado a un enorme planeta helado que podría estar localizado en el sistema solar exterior, al cual se le estima una masa unas diez veces superior a la de la Tierra.

Este nombre es provisional y se seleccionó simplemente por ser el noveno integrante del sistema solar, que vendría a sustituir a Plutón, el cual fue degradado en agosto de 2006 a la categoría planeta enano.

Se ha estimado que este Planeta Nueve pudiera demorarse miles de años en poder efectuar una órbita completa alrededor del sol.Te interesará también conocer como es el Envejecimiento en el espacio.

La identificación y descripción que se maneja en cuanto a este planeta se sustentan en los resultados más recientes que arrojó el estudio llevado a cabo por los astrónomos Michael E. Brown y Konstantin Batygin del Instituto Tecnológico de California (Caltech), los cuales  fueron publicados el 20 de enero de 2016 en el Astronomical Journal.

Planeta Nueve

La evidencia de la presencia de este planeta se apoya en el comportamiento que se ha podido detectar en los objetos transneptunianos (TNO, del inglés trans neptunian object), que se hallan en la misma ubicación del Planeta Nueve.

Se les llama de esa manera porque su órbita se localiza más allá de la del planeta Neptuno. Son índole rocosa y de tamaño más pequeño que Plutón. En Temperatura de los planetas podrás enterarte de otro aspecto importante del universo.

Las investigaciones efectuadas han proporcionado datos que indican que el Planeta Nueve es el causante de las perturbaciones orbitales de los TNO, que los hacen orbitar en sentido contrario a los demás cuerpos celestes.

Por lo general, los TNO se ubican en un espacio que lleva el nombre de Nube de Oort o Cinturón de Kuiper, región que se extiende de la órbita de Neptuno hacia el espacio interestelar.

Los reportes de prensa del estudio llevado a cabo por Brown y Batygin adjudican una probabilidad de existencia de este planeta de un 90%.

Planeta Nueve

Asimismo, se señala que sería el quinto planeta gigante gaseoso, que habría sido expulsado del sistema solar interior, de acuerdo con lo que estipula el Modelo de Niza, que es el que ha permitido plantear el escenario teórico a partir de un soporte computarizado para describir la formación y evolución del sistema solar en su configuración actual.

La supuesta presencia del Planeta Nueve podría ayudar a explicar el por qué de las órbitas diferentes que han tienen dos grupos de TNO en el Cinturón de Kuiper.

Hasta finales del año 2018 no se había obtenido una evidencia fehaciente de la existencia definitiva de este Planeta Nueve, en virtud de que no ha podido ser captada de manera precisa por telescopios tan potentes como el Explorador de Infrarrojos de Campo Amplio (WISE por sus siglas en inglés) y el Pan-STARRS.

Los expertos señalan que ello depende, en gran medida de la localización y de las características del planeta en sí, no obstante, se siguen efectuando estudios a través de los telescopios mencionados e incluso del Subaru, el importante y poderoso telescopio del Observatorio Astronómico Nacional de Japón, ubicado en el Observatorio Mauna Kea en Hawai y se espera obtener pronto información definitiva al respecto.

De manera tal que la existencia del Planeta Nueve es aún hipotética.

Planeta Nueve

Telescopio Subaru

Origen

Aun cuando no hay pruebas definitivas sobre el Planeta Nueve y su comportamiento, los investigadores continúan llevando a cabo sus estudios mediante métodos de simulación matemática y de efectos gravitatorios sobre los planetas enanos a fin de establecer su existencia y conocer su origen de manera definitiva.

Los científicos Batygin y Brown han señalado en concreto que estudiaron seis objetos en el cinturón de Kuiper, que pudieran estar influenciados por la presencia del Planeta Nueve.

Ellos encontraron que estos cuerpos celestes helados tienen órbitas elípticas que van en la misma dirección, pero en sentido opuesto al resto de los cuerpos celestes del sistema solar, lo que es un hecho insólito que solo se explica por la presencia de un ente extraño que no se ha podido definir.

De sus investigaciones, estos astrónomos deducen que el Planeta Nueve, de corroborarse su existencia, se habría formado cerca del Sol, pero que fue empujado y expulsado más allá de Júpiter o Saturno durante lo que fue llamada la época de la nebulosa solar, que colapsó hace unos 4.600 millones de años y dio inicio a la formación y evolución del sistema solar.

Esta nebulosa tuvo que haber sido “excepcionalmente expansiva, que originó un planeta en una órbita tan distante y excéntrica.”

Planeta Nueve

De este evento interestelar se generaron diversas interacciones gravitatorias en virtud de la formación del Sol y de los residuos gaseosos producidos por la nebulosa solar, ocasionando que el supuesto Planeta Nueve, al ser arrojado, adoptara una amplia, pero estable, órbita en la parte externa del cinturón de Kuiper, pero dentro de la Nube de Oort, afectando los cuerpos celestes allí existentes.

Esta expulsión del planeta Nueve, según los cálculos de los astrónomos, habría ocurrido entre tres millones y diez millones de años, luego de que se formara el sistema solar.

Los científicos escépticos como Ethan R. Siegel, astrofísico teórico y escritor científico estadounidense, quien no apoya la existencia del planeta Nueve, ha puntualizado que hay evidencias de planetas tipo supertierra, o planeta terrestre extrasolar, en otros sistemas planetarios, pero no dentro del sistema solar, que podrían haber sido expulsados de la órbita interna del sistema solar debido a la migración de Júpiter.

Asimismo, Harold F. Levison, científico planetario estadounidense especializado en dinámica planetaria, ha planteado la poca factibilidad de que la expulsión de un objeto lo lleve hasta la Nube de Oort, pues son muchos los objetos que más bien han terminado más allá de los límites de esta nube.

Planeta Nueve

A nivel científico el descubrimiento definitivo del Planeta Nueve podría ofrecer muchos conocimientos en cuanto a la proceso de  creación del sistema solar y de otros sistemas planetarios.

Características del planeta Nueve

Entre las características más resaltantes del Planeta Nueve, que hasta ahora se han podido percibir es que se trata de un cuerpo gigante de hielo y gas, mayormente helio, de allí su color azul, que se podido detectar.

Es  parecido a Urano y Neptuno, que tienen una composición similar, pero el Planeta Nueve orbita a más de 200 unidades astronómicas (UA) del Sol y necesita unos 15.000 años para dar una vuelta completa.

Tiene una órbita excéntrica y sería el quinto planeta de mayor masa del sistema solar después de Neptuno. ​ Está muy alejado del Sol, por lo que le llega muy poca luz, pero ésta es suficiente para apreciar algo de sus colores azules.

Según la clasificación galáctica, el Planeta Nueve es de:

  • Tipo Andevian, que significa que es un planeta ligero.
  • Tamaño reptunian, o sea de  masa comprendida entre 10 tierras y 50 tierras.
  • Estado Lecore, con un núcleo muy caliente y, por lo tanto, geológicamente activo
  • Con temperatura Cannotia; es decir, de muy bajas temperaturas.
  • Sub estado Hinos, que se refieren a cuando el cuerpo celeste orbita alrededor de una, dos o varias estrellas.
  • Atmósfera Qnimore, compuesta de gases tóxicos para la mayoría de las especies de la galaxia.

Planeta Nueve

El diámetro del Planeta Nueve se ha calculado es de 41.531 km, una masa de 7,5 Tierras y una gravedad del 77%. Asimismo, hay evidencias de 12 lunas, sin anillos con un periodo de traslación de 15.000 años y de rotación de 11 horas.

Su temperatura es de -243 ºC, con un clima de tormentas continuas en terrenos de gas y hielo. No posee flora, ni fauna, así como ninguna especie inteligente de origen.

Su nivel de terrapuntuación se define como T-4 en un estadio actual espacial.

El proceso de terrapuntuación es el sistema estándar que se ha establecido en la astronomía para medir el nivel de habitabilidad de un planeta a fin de determinar si es apto o no para contener vida, e incluso establecer qué características cambiar para hacerlo adecuado para el soporte de vida.

Nombres

Entre los nombres que se le ha dado a este planeta, se cuentan los señalados por Brown y Batygin; a saber: “Jehoshaphat” y “George” (Jorge).

Sin embargo, Brown ha indicado que en ocasiones se suelen referir a él como “Fattie”, que significa “gordito” en sus conversaciones internas.

En agosto de 2014, se introdujo también el nombre “Thelisto” según lo reporta la Real Sociedad Astronómica de Londres, en sus publicaciones para este planeta.

Planeta Nueve

Órbita

Con base en los estudios efectuados, se ha señalado que el Planeta Nueve posee una órbita mayormente elíptica que giran alrededor del Sol.

Tiene un período orbital que oscila entre 10.000 y 20.000 años terrestres. Su forma de órbita sería la de un semieje mayor de unos 700 UA, lo que equivale a veinte veces, aproximadamente, la distancia entre Neptuno y el Sol.

La inclinación que presenta el eje de rotación del planeta se estima en unos 30 (±10) grados con respecto al plano perpendicular de la eclíptica.​

Su alto grado de excentricidad en la órbita podría alejar al planeta hasta 1.200 UA en el punto más apartado de la órbita, llamado afelio.

El afelio se ubicaría cercano a las constelaciones de Orión y Tauro, mientras que el perihelio, el sitio más cerca del Sol, se localizaría en las áreas del sur de las constelaciones Serpens, Ofiuco y Libras. ​

Las investigaciones se siguen llevando a cabo mediante los telescopios de al menos dos continentes para precisar la órbita que estaría 20 veces más lejana al Sol que la de Neptuno.

Planeta Nueve

Tales estudios deberían revelar también los cinco objetos que se han podido visualizar en el mismo sitio del Planeta Nueve, que llevan a cabo órbitas perpendiculares al plano del sistema solar.

Cuando se encuentra en el afelio, se deben utilizar los telescopios más grandes y poderosos del mundo para poder seguir su rastro, como el de Subaru en Hawái.

Tamaño y composición

El tamaño del planeta se ha estimado de 5 a 10 veces la masa​ y de 2 a 4 veces el diámetro de la Tierra. ​

En el año 2009 se realizó una inspección con infrarrojos del telescopio WISE que pudo incluir a este objeto, gracias a su capacidad de detectar cuerpos del tamaño de Neptuno de más de 700 UA.

Años después, en 2014,  se realizó un estudio similar, enfocándose en los posibles cuerpos de mayor masa en el sistema solar exterior y se obviaron objetos de la masa de Júpiter fuera de las 26.000 UA. ​

Por su parte, el astrónomo Brown considera que la masa del Planeta Nueve supera a la masa necesaria para limpiar su órbita a lo largo de 4600 millones de años, de allí que reafirme que cumple con la definición de planeta.

En cuanto a la composición, tal como se señalado el Planeta Nueve es un cuerpo celeste gigante compuesto de hielo y gas, mayormente helio, lo que le proporciona su coloración azul.

Planeta Nueve

telescopio WISE

Visibilidad

Para visualizar a través de los telescopios, se requiere calibrarlos de forma tal de incrementar su capacidad para buscar un objeto ubicado en la más remota distancia al Sol al borde del sistema solar.

Tal como se dijo, esta lejanía hace que el Planeta Nueve reciba poca luz solar, por lo que dificultaría potencialmente hacer avistamientos del mismo.

Los expertos estiman una magnitud aparente inferior a 22, lo que infiere que es al menos seiscientas veces más débil que Plutón.

Con fines comparativos, se han reportado varios objetos que se han podido detectar mediante el telescopio espacial Hubble con un potencial límite fotográfico de 31 al efectuarse la fotografía del campo ultra profundo del Hubble.

Por su parte, el telescopio Subaru posee una magnitud 27,7 con exposición de diez horas, lo que ofrece mejores opciones.

telescopio WISE

Igualmente, se efectuó una búsqueda de datos de archivos mediante el programa Catalina Sky Survey con los telescopios Pan-STARRS y WISE en los que no se pudo identificar el Planeta Nueve.

Se requiere aún investigar y buscar en las áreas restantes cercana del afelio, próximas al plano galáctico de la Vía Láctea, que se encuentra cerca del plano galáctico de la Vía Láctea.

En esta ubicación del afelio resulta más difícil observar el planeta, pues allí es menos brillante.

Con el telescopio SkyMapper los científicos del Proyecto Zoonniverse pudieron localizar en abril de 2017 cuatro objetos potenciales de ser el planeta Nueve.

Se emplearon estos datos del SkyMapper en el Observatorio de Siding Spring, en la montaña del mismo nombre en el parque nacional Warrumbungle en Nueva Gales del Sur, Australia, para establecer la visibilidad de estos objetos candidatos a ser el Planeta Nueve, según los astrónomos.

También se ha emprendido otro proyecto de Zoonniverse usando los datos del WISE en la búsqueda del Planeta Nueve. ​

Descubrimiento e investigaciones realizadas

Son varios los estudios efectuados a fin de descubrir de manera definida el Planeta Nueve.

Los más resaltantes incluyen el realizado en 2014 por los investigadores Scott Sheppard y Chad Trujillo, quienes señalaron haber encontrado un grupo de objetos en el Cinturón de Kuiper que parecía orbitar alrededor de un planeta muy masivo, que podría ser el Planeta Nueve.

Asimismo, otros trabajos realizados han encontrado otros indicios que pudieran corroborar la existencia del enigmático planeta.

Uno de estas señales es la peculiar inclinación, según lo detectado, que tiene el plano ecuatorial del Sol con respecto al plano que contiene a los planetas gigantes.

Con base en la teoría de formación del sistema solar a partir del colapso de la gran nube de gas y polvo, la rotación del Sol debería estar alineada con las órbitas de los planetas.

Sin embargo, el del planeta en cuestión pareciera tener una desviación de unos seis grados con respecto al plano en el que están Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

Los expertos han señalado que son muchas las explicaciones que se pudieran dar a este hecho, pero ninguna convincente.

Además, antes nadie se había percatado del mismo hasta que se comenzó a detectar las supuestas características del Planeta Nueve.

Otra investigadora del planeta Nueve, Elizabeth Bailey, también del Caltech ha hecho publicaciones también en 2014 sobre la materia y junto a Batygin y Brown difundió un trabajo explicando este fenómeno de la desviación, que podría ser el resultado natural de la existencia del Planeta Nueve. Esto es debido a que su órbita, no solo es muy excéntrica, sino que también debería estar muy inclinada con respecto al plano del sistema solar, aunado a su gran tamaño y a la lejanía del Sol.

Estos factores ocasionan que su momento angular haría “torcer” la órbita de los planetas y, al transcurrir los años, habría quedado inclinada en los seis grados señalados.

En los trabajos en conjunto más recientemente, están los ya mencionados de Brown y Batygin.

Ellos aseveran que el Planeta Nueve, que en un principio lo consideraban pequeño, sus estudios le han revelado que se trata de un cuerpo de gran tamaño, tal vez diez veces mayor que la Tierra y en una órbita tan alejada muy difícil de detectar.

Los especialistas de la NASA han aseverado que no es un asunto sencillo encontrar este planeta, debido a lo extensa de su órbita que se lleva entre 10.000 y 20.000 años en dar una vuelta alrededor del Sol.

No obstante, su presencia podría muy bien explicar el control gravitatorio que estaría ejerciendo este planeta sobre los objetos que se hallan en ese tan lejano entorno.

Los astrónomos de Caltech aseguran que el planeta Nueve existe, el cual, según ellos, posee gran influencia en la conformación actual del sistema solar.

Esta influencia podría haber dado lugar a la modificación de las órbitas de todos los planetas actualmente existentes en el sistema solar, incluida la Tierra.

También se deben señalar que, muy poco tiempo después de la difusión de los resultados obtenidos por Bailey, Batygin y Brown presentados en el repositorio de artículos científicos arXiv, el investigador del Observatorio Nacional de Brasil, Rodney Gomes y otros colaboradores, publicaron en ese mismo repositorio una investigación en la presentaban el mismo resultado de trabajo investigativo que habían hecho de manera independiente.

Al respecto, el astrofísico Dong Lai, de Cornell University, efectuó una reproducción de las conclusiones de los dos trabajos mencionados, empleado un método de cálculo simplificado.

Caltech

Los especialistas astrónomos siguen sus averiguaciones para determinar cómo un planeta tan masivo haya terminado en una órbita tan externa y alejada del Sol.

Dan por sentado que de que si efectivamente existe este planeta, los potentes telescopios dentro pocos años podrían obtener pruebas observacionales del mismo.

Teoría del agujero negro del Planeta Nueve

De las tantas investigaciones realizadas al Planeta Nueve, algunos especialistas consideran que hay ciertas incongruencias, que les crean dudas sobre condición de planeta y lo catalogan más bien de agujero negro

Señalan que no se le debería dar el nombre de Planeta Nueve como se ha venido haciendo de manera histórica, porque, según sus apreciaciones, estrictamente no lo es, aun cuando esté orbitando alrededor del Sol como los otros planetas.

Aseguran que la dificultad de no haber podido detectarlo radica en que se trata realmente de un agujero negro​, tal como se ha definido astronómicamente.

Se trata, pues, de una región finita del espacio, que contiene en su interior una concentración de masa de gran volumen con poder para generar un campo gravitatorio, que impide que ninguna particular, ni siquiera la luz, escape de ella.

Algunos físicos teóricos especulan que dentro de un agujero negro en realidad existe todo un universo, distinto del que hay fuera. Asimismo, señalan que un agujero negro es más bien un enlace hacia otro universo.

Por otra parte, estos especialistas aseveran que realmente el tamaño de este supuesto planeta tendría el tamaño de una pelota de tenis.

Según ellos, de allí lo infructuoso de los intentos en conocerlo, no sólo por estar tan lejos, sino porque ha sido investigado como si su naturaleza es la de un planeta o planetoide.

Si se investigara un agujero negro, se deberían haber empleado metodologías que no involucren luz visible ni infrarrojos.

De manera que el misterioso Paneta Nueve vendría a ser un agujero negro, que atrapa objetos y hasta la luz y que podría tener relación con la formación del universo mismo.

Ello podría haber ocasionado fluctuaciones cuánticas que hacen que se concentren materia en algunos puntos, pero que sea menor en otros.

De modo que el planeta nueve sería uno de los primigenios agujeros negros.

Señalan que éste podría ser detectado con el conocido telescopio espacial de rayos gamma Fermi, cuyos datos permitirán, según sus apreciaciones dar con el agujero negro.

De resultar estas ciertas estas averiguaciones, habría próximo al sistema solar  un agujero negro muy antiguo.

Por otra parte, ha surgido también un trabajo llevado a cabo por los científicos del Instituto de Astronomía de Harvard y la Black Hole Initiative en el que presentaron una nueva metodología con la cual es factible establecer la naturaleza del planeta Nueve.

Ellos publicaron un artículo en The Astrophysical Journal Letters, describiendo la capacidad que ofrece futuro telescopio Legacy Survey of Space and Time (LSST), que se instalará en el año 2022 en Chile, y que permitirá efectuar observaciones del espacio por destellos de acreción.

LSST

Esta metodología ha sido diseñada explícitamente para detectar agujeros negros en el sistema solar exterior. Para ello se fundamenta en la detección de los destellos que se producen por la perturbación de los cometas interceptados.

La investigación efectuada señala que el LSST puede ubicar los agujeros negros captando los destellos de acreción que se producen por el impacto que hacen los objetos pequeños al colapsar dentro de la Nube de Oort.

De resultar este trabajo, se podría comprobar o desechar la presencia del Planeta Nueve y se le ubicaría definitivamente en la categoría de “agujero negro primordial”.

Los investigadores de esta iniciativa han informado que cerca de un agujero negro, los objetos pequeños atraídos por él se derriten debido al calor que genera la concentración de gases del espacio interestelar.

Al derretirse, dichos objetos quedan supeditados a la fuerza que ejerce el agujero sobre ellos, experimentando la acreción de su materia.

En vista de que por naturaleza los agujeros negros son oscuros, de allí su nombre, la materia producto de la acreción produce radiación en su ruta al interior del agujero negro, iluminando el oscuro espacio.

Gracias a estos destellos de acreción en la boca del agujero negro, determinará que efectivamente se trata de un agujero y no de un planeta.

Los científicos apuestan a que el LSST, que tiene un espectro amplio de visualización, haciendo barridos del cielo una y otra, buscando  destellos transitorios, sea lo suficientemente sensible para detectar esos brotes de acreción.

El documento publicado se enfoca en determinar la existencia o no del célebre planeta Nueve, siendo el primer candidato para ser probado para la detección con el LSST.

Ello terminaría con la especulación, que ha surgido al respecto, la mayoría de teorías, que apuntan a que el Planeta Nueve es un planeta que no se habría detectado en su oportunidad, sin embargo, podría significar que se trata de un agujero negro de masa planetaria.

No obstante, es de acotar de que se comprueba la existencia del Planeta Nueve por búsqueda electromagnética directa, significaría que sería la primera detección de un nuevo planeta en el sistema solar en dos siglos.