Vivimos en un planeta llamado Tierra que es parte de nuestro sistema solar en un universo compuesto por cientos de objetos y esferas celestes con propiedades que las hacen brillantes u opacas dependiendo de su carga de metales y otros minerales, y también galaxias como la Vía Láctea y Andrómeda que estudiaremos a continuación.
Indice De Contenidos
Formación de la Vía Láctea y Andrómeda
Las primeras galaxias se empezaron a formar hace 1000 millones de años después del big bang y las estrellas que las forman tienen una proceso normal; nacimiento, evolución y muerte., pero empecemos por describir qué es la Vía Láctea y su formación. Se trata de una galaxia espiral con un diámetro de 100.000 años luz equivalente a casi un trillón de kilómetros y alberga entre 200 mil y 400 mil estrellas.
Forma parte de un grupo local que alberga unas cuarenta galaxias entre las que se encuentra Andrómeda, y es la segunda galaxia más grande y mas brillante luego de Andrómeda. El nombre de la Vía Láctea fue dado por relación a la mitología griega, donde Hera, esposa legítima de Zeus se negó a darle leche de su pecho a Hércules, cuenta la leyenda.
Y a la diosa mientras dormía le colocaron en su pecho al bebe de apenas unos días de nacido para que lo amamantara y tuvo una reacción violenta al alejarlo originando derramar leche por su alrededor.
El fenómeno visual de la Vía Láctea se debe a estrellas y otros materiales que se encuentran sobre el plano de la galaxia, entre los que se mencionan el gas interestelar y su centro se ubica en dirección a la Constelación de Sagitario. Está compuesta por un halo, un disco y un bulbo y su formación comenzó como una o varias regiones de sobredensidad en la distribución masiva del universo poco después del gran estallido o el big bang.
Desde el mismo momento en que empezaron a formarse las estrellas este elemento comenzó a crecer mediante fusiones de galaxias y la acreción de gas del halo galáctico y actualmente su masa a superado considerablemente en comparación con aquellos tiempos tomando fuerza también de los dos satélites que le acompañas, Gran y Pequeña nube de Magallanes.
Andrómeda por su parte, es una galaxia espiral con un diámetro de 220 mil años y de unos ciento cincuenta mil años luz entre los extremos de sus brazos y es el objeto más visible lejano de la Tierra y se acerca a la Vía Láctea a una velocidad de 300 kilómetros por segundo.
Aun cuando algunos registros aseguran que la Andrómeda y la Vía Láctea podrían tener una cantidad de estrellas similares, un estudio reciente elaborado mediante observaciones con el Telescopio Espacial Spitzer se dedujo que esta M31 contiene un billón de estrellas, lo que significaría que excede por mucho el número de nuestra galaxia.
Aseguran los científicos que esta galaxia juega un pape importante para las investigaciones debido a su tamaño y cercanía. En 1991, la cámara planetaria a bordo del Telescopio Espacial Hubble logró fotografiar su núcleo y aquí se evidenció que presenta una doble estructura con dos puntos nucleares calientes separados por unos pocos años luz.
Aspectos similares de la Vía Láctea y Andrómeda
Algunas investigaciones recientes arrojaron que tanto la Vía Láctea como Andrómeda se encuentran en un diagrama color-magnitud al que denominan valle verde. Esto se refiere a una región poblada de galaxias en transición de la nube azul a la secuencia roja.
La formación de estrellas en la región valle verde desacelera a medida que se quedan sin gas en el medio interestelar. Posiblemente esta formación desaparecerá al cabo de unos cinco mil millones de años, incluso teniendo en cuenta el incremento a corto plazo en la tasa de formación por la colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda.
Contienen un número parecido de estrellas y ambas son las más grandes y brillantes del Grupo Local
¿Habrá colisión entre la Vía Láctea y Andrómeda?
Considerando que las galaxias se acercan demasiado y colisionan entre sí, se maneja la hipótesis de que estos dos grandes elementos pudieran en alguna oportunidad chocar una con la otra, por ser Andrómeda el vecino más cercado a nuestra galaxia.
Pero de seguro nuestras vidas estarán resguardadas o la de nuestras muy lejanas generaciones, pues, tal evento ocurrirá dentro de cinco mil millones de años, y dicha colisión no se considera el fin del universo porque estas galaxias son tan grandes y están tan expandidas en sus extremos que los planetas y los sistemas solares no llegarían a colisionar si llegasen a chocar.
