El Asteroide Ceres es el mayor de los pequeños planetas o planetoides que existen, y entre sus características principales como objeto cósmico, es que posee un diámetro de 1.025 kilómetros. Dicho planeta pequeño fue descubierto en el año 1801 por J. Piazzi de Palermo.
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Asteroide Ceres y características
La primera noche del siglo XIX, el 1 de enero de 1801, un monje italiano descubrió por primera vez un asteroide, conocido más tarde como Ceres. Se trataba de una esfera rocosa de más de 1000 kilómetros de diámetro, que en un principio se pensó que se podía ser catalogado como un planeta, a pesar de que su reducido tamaño planteaba nemorosas dudas en este sentido.
Posterior a éste, se observaron otros tres objetos similares, de nombres Palas, Juno, Vesta, lo que dejó definitivamente la hipótesis de que se tratara de planetas. (Ver artículo: Planetas)
Significado de su nombre en la mitología
El Asteroide Ceres, es el mayor de los pequeños planetas o planetoides, que al ser descubierto en 1801 se le puso el nombre haciendo alusión al nombre latino de Démeter en mitología, que se trató de la hija de Crono y Rea. Fue la diosa de la agricultura, su nombre designa la Madre de la Tierra. Fue la madre de Core, también llamada Perséfone, quien fue raptada por Hades y conducida a los infiernos.
Démeter, se angustió por la ausencia de su hija, abandonó todas sus funciones divinas y erró por el mundo en busca de ella. Mientras tanto, la tierra se marchitó y los seres vivos corrían peligro de extinguirse. Con la medición de Zeuz, Démeter consiguió que Perséfone dividiera su tiempo entre la Tierra y los infiernos. Su nombre latino es Ceres.
Retomando entonces las descripciones de este Asteroide Ceres, se tiene que se trata de un objeto astronómico que se localiza entre las órbitas de los planetas de Marte y Júpiter.
Dawn es la sonda que estudia el objeto
La Nasa envió en el año 2007 un instrumento que lleva como misión el estudio de este Asteroide Ceres, su nombre es Dawn, que también lleva en su programa la observación de otro planeta enano llamado Vesta que se localiza en el cinturón de asteroides.
Entre algunas de las informaciones que se han obtenido por parte de la sonda, es que ambos objetos astronómicos no poseen características similares, sino todo lo contrario, y lo más curioso de estos resultados, es que su composición ha permanecido intacta desde su creación, que data de 4.600 millones de años.
Esta sonda se encuentra orbitando en Ceres desde el año 2005, y se destaca porque fue la primera sonda con propulsión o motor iónico, que es calificado como uno de los más tecnológicos y avanzados en esta materia.
Otros de los descubrimientos hechos hasta ahora en el Asteroide Ceres por la sonda que lleva pronombre Dawn, es que este objeto posee entre sus elementos compuesto orgánico en su superficie, arrojando que contiene agua helada y demás compuestos hidratados.
Aseguran los astrónomos que han permanecido al frente de los resultados de estas investigaciones al Asteroide Ceres por parte de la sonda Dawn, que desestiman que estos elementos hayan llegado al objeto como consecuencia de un choque entre asteroides, pues, explican que habrían desaparecido con las extenuantes temperaturas que pudieran generarse del choque.
Consecuencias de choques entre asteroides
Ya conocido un poco las características de Asteroide Ceres, el planeta pequeño más grande de todos y que fue el primero en ser descubierto en el año 1801, vamos a entrar en el tema de las consecuencias que pudiera presentarse en el encuentro violento de dos asteroides.
La colisión entre asteroides constituye un fenómeno relativamente frecuente. A comienzos del siglo XX se registró la existencia de grupos de asteroides que describían órbitas similares. Se mantenían en idéntica distancia media respecto al Sol y poseían la misma inclinación y excentricidad.
Como explicación se apuntó la posibilidad de que estas familias fueran fragmentos surgidos como resultado de colisiones catastróficas que rompieron algún asteroide. Dichos fragmentos prosiguen su viaje en órbitas similares alrededor del sol.
Otra de las consecuencias que se deriva de un posible choque entre asteroides es la formación de asteroides dobles y satélites. Tras una colisión violenta, probablemente el asteroide se rompería en fragmentos que en su mayoría volverían a unirse. Sin embargo, en determinadas circunstancias, los fragmentos podrían resultar incapaces de formar un único cuerpo.
Este caso habrían originado dos cuerpos iguales que orbitarían uno a otro, un asteroide binario, o bien dos cuerpos distintos, un asteroide y un satélite.