Una de las regiones de Portugal que ha sido fuertemente golpeada por el paso de los sismos y otros fenómenos naturales ha sido Lisboa. El terremoto en Lisboa ha sido uno de los siniestros que ha marcado su historia tanto en su edición de 1755 como el más antiguo ocurrido en 1531.
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Terremoto en Lisboa del 1755
El terremoto en Lisboa de 1755 se caracterizó por su gran duración y mortandad, ya que tuvo un lamentable saldo de entre 60 mil y 100 mil personas fallecidas. Este lamentable suceso ocurrió un primero de noviembre y su manifestación se presentó por fases, cada una con un alto contenido de violencia. (Ver articulo: Terremoto de Chile de 2010)
Aunque para esos años no existía ningún método de medición, hoy en día hay geólogos expertos que indican que aquel terremoto en Lisboa del 1755 dadas sus características, corresponde a uno de 9 grados de magnitud. La falla de este terremoto se produjo en el océano Atlántico, a menos de 300 kilómetros de Lisboa, con epicentro desconocido hasta ahora.
Este terremoto trajo consigo la formación de un tsunami y también una llamarada, que contribuyeron a aumentar los daños y a destrucción de Lisboa casi en su totalidad. Las tensiones políticas también se vieron afectadas con el paso de este sismo, influyendo de una manera drástica dentro de las aspiraciones de la colonia Portugal del siglo XVIII.
Este terremoto en Lisboa fue el primero en tener efectos sobre un área extensa que se hizo punto de debate entre los filósofos ilustrados europeos. Ya en el año 1531, la región había padecido un terremoto cuya magnitud se presume estuvo alrededor de los 8 grados en la escala. Ese primero de noviembre del 1755, Lisboa y todo Portugal se preparaba para festejar el Día de todos los Santos como país religioso y católico.
El evento tuvo una duración entre tres y seis minutos, produciendo grandes fracturas en edificaciones y grietas en pleno centro de la ciudad. Testigos de aquellos hechos describían cómo en los muelles se podía observar la manera en que las aguas retrocedían, dejando al descubierto el lecho del mar, restos de carga caída al agua y hasta los viejos naufragios.
Tres tsunamis de entre 6 y 20 metros de altura, se devoraron literalmente la estructura de los puertos y la zona del centro, unos cuarenta minutos seguidos después del terremoto, se le podía ver subiendo aguas arriba a través del río Tajo.
Las áreas que no habían sido afectadas por los tsunamis o el terremoto en sí, sufrieron producto de unos incendios que se dieron rápidamente, como consecuencia de las miles de velas que dejaron las personas encendidas como tributo a sus familiares difuntos dentro de las iglesias.
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Estas llamas arrasaron con lo poco que quedaba en la ciudad durante cinco días, y 90 mil personas murieron de 275 mil habitantes, que era la cantidad total de Lisboa para ese año. También hubo muertos en la población de Marruecos, Ayamonte en Huelva, España, donde además de las personas fallecidas, el terremoto dejó graves daños en más puntos del sur de España y de toda la península ibérica.
Este terremoto en Lisboa de 1755 se sintió fuertemente en España y Portugal, donde este temblor alcanzó su mayor grado de violencia, extendiendo sus efectos en gran parte de Europa, pasando también a los continentes de África y América, donde la conmoción también fue violenta, sumergiendo a su paso a las ciudades y causando una inmensa desolación.
Daños materiales
En vista de que el terremoto ocurrió durante las festividades del Día de todos los Santos, los fieles habían encendido miles de lamparillas que ocasionaron un voraz incendio al caerse producto del temblor. (Ver artículo: Terremotos más fuertes del mundo)
Otra de las consecuencias tras el sismo fue que un 85% de las edificaciones en Lisboa quedaron devastadas, registro que incluyó varios palacios y bibliotecas, así como arquitectura manuelina, que hizo distintiva a la región portuguesa durante el siglo XVI.
Edificios que habían sufrido algunos daños producto del terremoto en Lisboa, fueron totalmente destruidos al ser sometidos al fuego desmedido. El fuego también se apoderó de los cimientos de la estructura del teatro de la ópera, el cual había sido inaugurado pocos meses antes de ocurrir la catástrofe.
El terremoto y luego el tsunami acabaron con el Palacio Real, el cual se encontraba situado junto al río de Tajo, al igual que el Teatro Real do Paço da Ribeira, que se ubicaba en la misma zona. Obras de arte que se encontraban dentro de la biblioteca del palacio que constaban de varios libros y pinturas, fueron destruidos, así como documentación histórica y demás archivos reales desaparecieron
Importantes iglesias de Lisboa también fueron destruidas con la acción del terremoto, mientras que el hospital real de Todos los Santos, fue consumido por las llamas, que para aquellos años era el hospital más grande que existía y que como consecuencia resultaron muertos varios internos carbonizados.
Las ruinas del Convento do Carmo, fueron preservadas por las autoridades como una manera de recordar la destrucción originada por el terremoto en Lisboa. Para salvar sus vidas, muchos animales huyeron hacia terrenos elevados para salvarse de las aguas de las inundaciones. A pesar de no contar con un registro de sismo, este terremoto en Lisboa si fue documentado siendo el primero en su tipo en dejar registros dentro de Europa.
Terremoto de Lisboa en 1531
El terremoto en Lisboa de 1531, fue catalogado como un desastre natural, cuyas consecuencias están dentro de la condición de un terremoto de escala 8 aproximadamente. Este suceso ocurrió el 26 de enero de 1531, en horas de la madrugada, cuyo epicentro se situó entre las zonas de Azambuja y Vila Franca de Xira en Portugal, con el cual tras su paso, resultó parciamente destruida Lisboa.
La ocurrencia de este terremoto en Lisboa derivó en un maremoto producido en la entrada del río Tajo, generando un caos en el mar donde se perdieron varias embarcaciones. Ya los primeros días de enero de 1531, Lisboa había estado padeciendo de temblores leves en la tierra, pero fue hasta el 26 de enero que se desató el más grave.
La madrugada de ese 26 de enero se sintieron los temblores tres veces mayores a los que se venían dando los días previos. Este terremoto dejo más de 30 mil víctimas producto de este desastre. En esos años no existían métodos para medir los niveles de intensidad o magnitud de este terremoto por lo que para hacer los registros se recurrió a los pocos testimonios históricos que se dieron en torno a este fenómeno.
Como parte de estos testimonios se indicó que este terremoto produjo el derrumbe de la iglesia de Nuestra Señora de la Escalera. Calles de la ciudad de Lisboa se resquebrajaron, edificios y otras infraestructuras se desplomaron, entre los que estaban el Palacio Real o Palacio de Ribeira, el cual sufrió graves daños.
Este terremoto afectó sobretodo a la región entera de Lisboa y el Valle del Tajo, donde varias calles de la ciudad fueron devastadas y muchas de las casas se vinieron abajo. El terror se apoderó de aquellas personas que padecieron el terremoto, los cuales hasta dormían vestidos por estar constantemente asustados con la repetición del sismo.
Estos sismos inspiraron a escribir a grandes de la literatura que contaron en varios libros las historias de los terremotos de 1531 y 1755.
Terremoto en Lisboa afectando a España
El terremoto en Lisboa de 1755 afectó a España, motivo por el cual el propio Rey Fernando VI, ordenó que se hiciera un informe especial para reportar los datos referentes con el suceso natural. El mismo Rey padeció el sismo y ante la magnitud del fenómeno, quiso dejar constancia de los aspectos sucedidos.
Como soporte de este informe se desarrolló una encuesta que constó de ocho preguntas, la cual se aplicó a las personas de peso habitantes de las capitales y de los pueblos con relevancia, y así a través de sus respuestas, contar con una idea de lo que fue la incidencia del terremoto dentro del reino.
De esas encuestas eran pocas las contestadas completamente, muchas carecían de información por lo que se hacía difícil contar con mayores datos sobre los sucesos. La falta de información también produjo una impresión con respecto a fallecimientos producto del terremoto en el territorio español.
Había algunas fuentes que indicaban un número de víctimas que pasaban los 5 mil, sumado a las pérdidas materiales valoradas en más de 53 millones de Reales de Vellón. En el caso de Andalucía, se dice que las costas de la provincia de Huelva se vieron afectadas intensamente por el maremoto.En la zona de Ayamonte, murieron unas mil personas, mientras que en Lepe ocurrieron unos 400 fallecidos y la destrucción en un 81% de su armada pesquera. En la población de Sevilla gran parte de la ciudad sufrió daños, presentando casas destruidas y donde también hubo nueve muertos.
En Écija, conocida como la ciudad de las torres, el terremoto provocó importantes daños en las infraestructuras y los templos. La torre de la iglesia de Santa María de la Mesa se desplomó tras las vibraciones del seísmo, en la región de Utrera.
En el caso de Córdoba, no se produjo muertes que lamentar, solo resultó herida una niña cuando le cayó encima una imagen religiosa dentro de un convento. Con referencia a daños materiales, solo sufrió varios agrietamientos en sus estructuras. La torre oeste de la catedral de Astorga ubicada en León, sufrió importantes daños a pesar de estar a medio construir lo que impidió su término.
En el municipio de Torremormojón, la estructura del castillo conocido como la Estrella de Campos, se derrumbó a causa de los temblores tipo réplicas del terremoto principal. Edificaciones importantes en Salamanca sufrieron daños significativos. Los efectos del terremoto dentro de la provincia de Zamora, le ocasionaron daños al templo parroquial de Torregamones, generando varias grietas y fisuras que lo dejaron inhabitable.
En Aldea del Rey, el castillo de Calatrava la Nueva, las vidrieras del rosetón de la iglesia resultaron seriamente dañadas, quedaron destruidas en su totalidad, por lo que fue abandonada la edificación totalmente en el año 1802, debido a las malas condiciones en las que quedó la estructura.
A causa del terremoto, en Cataluña se abrió una grieta en las cercanías con la montaña de Montserrat, donde a raíz de ese acontecimiento, se realizó el hallazgo de agua termal, pasando a ser muchos años después el balneario de la Puda de Montserrat, ubicado en Barcelona.
En Coria- Cáceres, el terremoto derrumbó la Catedral de esa región quedando sepultados varios de los fieles que se encontraban asistiendo a la misa justo en el momento en que se produjo el sismo. El desvió del cauce del río Alagón, fue otra de las consecuencias que trajo el paso del terremoto.