En la teoría del Big Bang o el gran estallido explican que ésta fue la base del principio de la creación del universo, desde no existir nada, hasta la formación de las primeras partículas. En este nuevo recorrido desarrollaremos el tema del fenómeno de la Nebulosa solar, que fue el principio de la formación del sistema solar en pleno.
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¿Qué es la Nebulosa solar?
En primer lugar vamos a definir lo que dignifica un disco de acrecimiento para luego entrar al tema de la Nebulosa solar. El disco de acreción o acrecimiento es una circunferencia de objetos cósmicos masivos cuyo alrededor está dotado de polvo y gas y mantienen fuerte atracción que contribuye con su alimentación o aumento de masa.
Ahora bien, una vez descrito el tema del disco de acreción explicamos que en este disco se inició el proceso de formación del sistema solar, es decir el disco de acreción es la nube de gas en la que se dio origen el Sistema Solar.
La nebulosa con el paso de los miles de años luz fue enfriándose y condensándose con la fuerza de la gravedad cambiando de forma para convertirse en un halo aplanado para dar paso a la estrella central y los planetas, tal y como lo explica el video anterior.
Existió luego una teoría con más detalle que asumía que el Sistema solar era formado por una nubelosa rotante primigenia, pero no fue tan acertada y aceptada por la asociación de científicos, quienes continuaban asegurando que todos los planetas giraban en el mismo sentido alrededor del sol sobre el plano definido como eclíptico que coincide con el ecuador solar.
Descubrimiento
Mas que descubrimiento, la propuesta inicial de la Nebulosa solar fue hecha por Descartes en el año 1644, y seguidamente perfeccionada e investigada por Inmanuel Kant, filósofo alemán, considerado además como uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna. En 1755 Kant diseñó la citada propuesta en la que publicó que el sistema solar se constituyó por una gran nube de de gas y polvo e intentó explicar el orden del sistema previamente descrito por Newton.
En sus escrituras también mencionó que la Vía Láctea estaba conformada por un gran disco de estrellas con nubes giratorias. Dedicó su vida a especializase en la investigación en la ciencia y la filosofía, llegando a publicar importantes documentos también relacionados con la metafísica.
Otra hipótesis bastante estudiada en aquellos tiempos era que las lunas de los planetas gigantes se crearon en un proceso similar a la de un disco de acreción que alimentaba de masa a los objetos, sin embargo actualmente aseguran los astrónomos que el nacimiento de la luna se dio una vez que se produjo un impacto de un cuerpo celeste diminuto del tamaño de Marte.
Estiman los astrónomos que sólo el 1% de la masa de la nebulosa solar es suficiente para la creación o formación de los planetas, considerando que los elementos ligeros son el hidrógeno y el helio y otros componentes más pesados similares al del Sol.
Otra demostración empleada sobre la teoría de la Nebulosa solar en sus primeros estudios fue la de James Clerk Maxwel, que deducía que si la materia de los planetas existentes hubiese permanecido distribuido como anunciaban los científicos anteriormente, las tensiones habrían impedido tal condensación.
Sin embargo, la teoría que ganó toda discusión y quedó sentado en los libros de registro e historias en cuanto a la formación del sistema solar fue que un disco de materia en rotación originó la formación de planetas con agrupaciones crecientes de granos de polvo que dio paso finalmente a la generación de protoplanetas.
Protoplanetas
Como habíamos mencionado con anterioridad, los protoplanetas son cuerpos celestes de menor tamaño formados por colisiones de objetos localizados en su disco atraídos por la gravedad. Son llamados también embriones planetarios, con tamaños desde 100 hasta 1000 kilómetros de diámetro y con regularidad sus órbitas se ven afectados por otros protoplanetas que conlleva a colisiones entre sí.
Este constante choque con el paso de miles de millones de años luz genera la formación de planetas parecido a la Tierra en las cercanías de las estrellas centrales o cuerpos celestes gaseosos. Actualmente se observan estrellas masivas alrededor de estos protoplanetas, lo que confirma de forma directa a los científicos la teoría. A estas estrellas se les llama Tauri, que son dos veces menos masivas que el Sol.
Entre otras estrellas jóvenes localizadas en estas regiones alrededor de los discos están las Herbig Ae/Be, (nombre de su descubridor) y las Beta Pictoris situadas en la constelación de Pictor a 60 años luz del planeta Tierra. La imagen siguiente muestra una estrella joven de nombre Herbig Ae/Be, tomado por el New Technology Telescope.