Todo sobre la Cueva de Altxerri, arte más antiguo de Europa

La Cueva de Altxerri es una gruta en donde se pueden apreciar pinturas rupestres que fueron realizadas durante el periodo Magdaleniense Superior final, dentro del Paleolítico Superior. En el artículo de hoy, exploraremos a detalle todo lo referente a esta exótica cueva.

Cueva de Altxerri

¿Dónde se ubica la Cueva de Altxerri?

La Cueva de Altxerri se encuentra situada en el término municipal de Aya, en la Provincia de Guipúzcoa (País Vasco). No obstante, dicha cueva está más próxima al pueblo costero de Orio, de cuyo casco urbano apenas dista 1 km que del propio casco urbano de Aya, situado a algo más de 3,5 km.

Para poder llegar a la Cueva de Altxerri, primero se debe pasar por el pueblo de Orio, situado a 17 km de la capital provincial, San Sebastián. Por otro lado, si se llega por San Sebastián por la N-634 se debe pasar primero por el casco urbano, cruzar el río Oria y seguir la dirección a Zarauz desviarse al poco de atravesar el río por la GI-3161. Otra ruta es por medio de Bilbao y Zarautz el desvío de la GI-3161 se antes de llegar al pueblo de Orio.

Luego de pasar por un polígono industrial y recorrer unas decenas de metros se llega al caserío Altxerri que está al lado de la carretera. La entrada a la cueva está a 100 metros de la carretera y 15 metros sobre el nivel del valle, se asciende por la ladera oriental del monte Beobategaña, en ese momento se debe ir por el arroyo Altxerri y detrás del caserío. La boca de la cueva se abre en el tajo casi vertical de la roca.

En la actualidad, esta cueva se encuentra a 20 metros sobre el nivel del mar y a 2,5 km de distancia de la costa, a pesar de que en el periodo magdaleniense el nivel del mar estaba más bajo se puede llegar a la estimación de que la misma se encontraba a 80 metros sobre el nivel del mar y a 6 km de distancia.

Características de la Cueva de Altxerri

La entrada principal de la Cueva de Altxerri se abre a un lado casi vertical de roca. La misma está abierta en calizas bien estratificadas y con numerosas diaclasas. Dichos estratos son relativamente delgados y en muy raras ocasiones exceden los 40 cm de grosor. En sus hendiduras se intercalan otros margosos finos de aspecto pizarroso, por donde transcurre el agua fácilmente.

La agrupación de estos estratos ha sido afectada por la orogenia terciaria y pueden verse en ellos bellos ejemplos de pliegues y pequeñas diaclasas que por lo general no pasan de un estrato al otro, dado que son detenidos o amortiguados por los límites que hay entre los mismos.

Todos estos aspectos han contribuido a la caída de bloques que cubre el suelo, cobre todo en las proximidades de la entrada, haciendo que se vea accidentada. En un mismo sentido, en algunas partes de la cueva la sedimentación de la arcilla acarreada por la constante entrada de agua ha regularizado el suelo. Estos eventos hacen que la Cueva de Altxerri tenga una apariencia muy distinta a la mayoría de las restantes cuevas del País Vasco, abiertas frecuentemente en calizas compactas.

Las pinturas que se pueden observar en el interior de la cueva fueron realizadas en los cortes de los estratos mencionados, bien en los planos de estratificación. Asimismo, ya que los estratos son sumamente delgados esto hace que las figuras realizadas no tengan un tamaño mayor y así puedan entrar en esos frentes. El primer tramo de la cueva es muy amplio y luego se va volviendo cada vez más pequeña, dando una extensa galería de suelo muy accidentado por los bloques caídos.

Cueva de Altxerri

Las primeras pinturas son visibles a 100 metros de la entrada en un divertículo estrecho y alargado de unos 8 metros. Estas pinturas en su mayoría son figuras grabas. La cueva se va extendiendo hacia otra galería que se va hacia la derecha donde hay una gran cantidad de pinturas junto a los grabados.

Al avanzar un tramo más, esta galería se separa en dos direcciones. Por uno de los caminos baja hacia una sima de al menos 10 metros de profundidad, este segmento se dirige hacia otras galerías inferiores. En la primera parte de la rampa de descenso se pueden apreciar la presencia de más figuras, luego está el salto principal de la sima.

Dicho salto tal parece ser el límite de las correrías del hombre prehistórico por esta zona de la caverna, sin embargo, existen más figuras grabadas en la parte alta de la sima. Este hallazgo hizo pensar a las comunidades arqueológicas que todavía quedan conjuntos en las magníficas galerías inferiores, dado que se ha podido percatar que el hombre pudo descender hasta las partes más bajas de la sima. A pesar de ello, esta hipótesis no se cumplió, dado que son son las únicas dos figuras que hay en estas galerías.

Cuando se baja un poco más profundo se puede ver un techo un tanto estrecho a modo de puente, al llegar a esta zona se pueden observas las figuras más alejadas de la entrada. Sin embargo, esto es muy difícil, puesto que hay que hacerlo por medio de una escalada.

Cueva de Altxerri

Arte en la Cueva de Altxerri

Las figuras y los grabados que se encuentran en el interior de la Cueva de Altxerri están divididos en diversos grupos de imágenes y grabados, repartidos en muchas zonas dentro de la caverna. En un mismo sentido, también hay cierto grupo de imágenes que no no fueron incluidos en los grupos. En el presente apartado expondremos a detalle las pinturas que se han encontrado a lo largo de los años.

Grupo I

El primer grupo de pinturas rupestres se encuentran en el interior de esta cueva están dispersas en un pequeño divertículo y encierra más de medio centenar de ellas. El grupo de figuras comienza con un signo consistente en una incisión profunda y alargada, de 10 cm de longitud. Por un lado derecho e izquierdo se unen unas incisiones oblicuas a la primera, más cortas y menos profundas.

Algunos metros adelante, se puede observar una pared con grabados en parte superpuestos. En los mismos la primera imagen que sobresale es la de un bisonte, en el que se ha grabado a detalle el cuarto trasero con la cola desflecada, dos patas por par y la línea ventral. El grabado más profundo y detallado lo lleva la pata inferior del animal.

Todo el contorno del animal se ha rayado de forma abundante, estructurado, mucho más fino, que tal parece que refleja el aspecto peludo característico de los bisontes en su parte anterior, sobre todo en la época de invierno.

En la parte anterior del rayado también se ha grabado de manera delgada el ojo del animal. Del mismo modo, se ha diseñado el cuerno que sobrepasa al rayado. Luego de esto, a unos 25 cm por encima de la grupa del bisonte anterior se encuentra dibujado otro bisonte de menor tamaño dirigido hacia la izquierda.

Justo en la parte anterior del primer bisonte descrito se puede visualizar la figura de una cabra montés dirigida hacia la izquierda, con la cabeza vuelta hacia atrás. El grabado de este animal es de cola corta, patas posteriores y línea ventral es profundo, los detalles fueron realizados de manera fina. En el vientre por otro lado, su detalle y grabado es mucho más profundo, es posible que este hecho haya sido una técnica para representar la zona oscura que estos animales llevan en ese lugar.

Grupo II

El segundo grupo de figuras dentro de la Cueva de Altxerri se encuentra a la derecha del anterior grupo, cuya primera figura a destacar es la de un reno. El mismo se ha interpretado como que el animal luego de estar sentado comienza a incorporarse.

La parte con mayor detalle de la imagen ha sido la cabeza. Entre el ojo y la región nasal hay un grabado de trazos finos, tal como se suele observar en otras representaciones de este animal en el arte mobiliar. La parte anterior de la figura está la cuerna palmeada, la oreja corta, el hocico redondeado y el mechón de pelos situado entre cuello.

Al igual que la cabeza del reno, sus patas también han sido diseñadas con mucho cuidado. En esta sección los historiadores han podido percatarse del dibujo de las rodillas y los extremos, con pezuña y cernejas.

En el interior del cuello del reno se encuentra trazado un zorro. Este animal fue grabado casi en su totalidad y está realizado con un trazo profundo en punta seca. Las orejas son relativamente cortas, lo que sugiera que se trate de una representación de la especie ártica y no la que se encuentra actualmente. Asimismo, hay una incisión de la línea del cuello del reno corta a la incisión de la pata del zorro, lo significa que el zorro se realizó primero que el reno.

Grupo III

El tercer grupo está posicionado a la derecha de la anterior pared, en una roca que posee la misma forma pisciforme, allí se ha representado dos peces planos. El superior está colocado verticalmente con la cabeza hacia abajo, su figura fue terminada y hecha con un grabado profundo que se va volviendo más ligero en las aletas longitudinales que están alrededor, por el dorso y vientre al animal.

Al otro extremo de la imagen se ve una aleta caudal. Se trata de la imagen de un pez plano, como las platijas, gallos o lenguados, el modelo que se encuentra en las paredes de Altxerri es más parecido a las platijas. Esta hipótesis se sustenta al alegar que esta especie proviene más del litoral, encontrándose no sólo en la zona salobre de los ríos, sino incluso en regiones más profundas. Actualmente este tipo de pez también se encuentra nadando en el río que surca la Cueva de Altxerri.

Siguiendo la misma línea de ideas, a unos metros de esta figura también se puede apreciar el diseño sin acabar de un pez plano. Los historiadores aseguran que este diseño también corresponde a la misma especie animal que el primero.

Entrando más profundo en el nicho y en posición más elevada se visualizan dos figuras hechas con un grabado intenso. La primera imagen representa la cabeza, cuello y comienzo del tronco de un animal, así como lleva dibujado un ojo y una serie de trazos oblicuos que modelan la parte ventral del cuello.

Se ha llegado a la conclusión que este animal es la representación del macho saiga (las hembras no tienen cuernos) en su actitud típica de salto vertical. La forma de los cuernos cortos, no ramificados y subverticales, no encaja con los cérvidos, bisontes, uros, cabras monteses y sarrios. Entre los cornúpetas würmienses no queda otra especie más que el antílope saiga.

Más figuras

Otras figuras que se pueden contemplar en el interior de esta caverna son una cabra montés macho que mira hacia la derecha. Se sabe que es un macho por gran tamaño de sus cuernos, el tipo de especie se trata de una pirenaica y no de la alpina, lo que da a entender que durante este periodo ambas especies estaban perfectamente diferenciadas.

De esta manera, los cuernos de la cabra alpina poseen un arco más simple, cuya curvatura se dispone en un único plano. En contraposición, la especie pirenaica los cuernos primero se yerguen verticalmente y luego divergen el uno del otro, para dirigirse hacia arriba. Las patas delanteras son simples apéndices, están recogidas como en una actitud de saltar.

Al lado de esta cabra se encuentra grabado otro pez que mira hacia arriba. La especie que se ha determinado para esta imagen es del tipo dorada. La cabeza esta dibujada con un ojo grande, la aleta dorsal alargada y la raíz de la cola estrecha y larga. Por lo general, este tipo de pez suele nadar los estuarios de los ríos.

En la parte baja de la misma área se ha grabado un antropomorfo acéfalo. De este animal está representado su tronco y la extremidad inferior. En la sección baja de su espalda lleva incrustado un disco, formado por dos círculos concéntricos, con una serie de líneas que salen del círculo externo.

Muy cerca de la imagen del pez dorada se encuentra grabada la imagen de un bisonte, dirigida hacia abajo, mostrando su flanco izquierdo. La figura está casi terminada con una perspectiva lateral y en actitud de marcha según lo indican sus patas delanteras, su cola está alzada y arqueada hacia adelante.

Para poder apreciar otras figuras que están más adentro de la Cueva de Altxerri es necesario escalar por un manto estalagmítico, pasar por debajo de un pequeño arco formado por otra parte de la misma concreción y situarse en un estrecho puente que está entre dos cimas. Uno de los grupos se encuentra en el muro N y el otro en el muro S.

Mientras que el muro S está conformado por planos de estratificación, el otro está constituido por los estrechos frentes de los estratos. En uno de los frentes de ellos se encuentra la representación de la mayor parte de las figuras: siete bisontes, un caballo, un sarrio, una cabra y un probable uro, además de algunos campos rayados y algún signo.

En el mismo estrecho arco de paso hacia las figuras, hay un bisonte que se llevo a cabo con pintura y el grabado se hizo con la ayuda de las grietas que se encontraban en la misma roca. De acuerdo a lo estipulado por los investigadores, el animal se realizó a partir de accidentes de la roca.

El borde superior de la roca ha servido como dorso del animal. Una diaclasa del estrato sirve como la parte trasera del bisonte y el arranque de la pata posterior. Otras grietas en conjunto forman la pata por delante y marcan la línea del muslo en el vientre. Otra diaclasa es la responsable de trazar la zona escapular y el arranque de la pata anterior. Entre la pata anterior y posterior se encuentra pintada la línea del vientre.

Ubicado en el mismo plano pero siendo separado por una diaclasa se encuentra otra imagen de un bisonte, en donde el rayado es mucho más profundo que en las demás figuras. Este animal fue diseñado para que mirara hacia la izquierda y enfrentado con otro bisonte. Asimismo, el tamaño de ambos animales es tan grande como la roca lo permite.

En la parte anterior de este bisonte se encuentra otro de menor tamaño con el mismo parecido del primero. Con la diferencia que este posee la cabeza parcialmente representada, al igual que el dorso, el cuarto trasero, la melena ventral y la pata anterior.

Más allá de estos dibujos se encuentra una figura muy diferente a las ya mencionadas, la cual corresponde a la de un caballo. Con el paso de los años, la pintura se ha perdido en parte del dorso del animal, pero persiste en el resto de la imagen. De una misma manera, en esta pintura no hay grabado. La coloración blanca de la concreción hizo que fuera innecesario el blanqueamiento de la roca, producido en otras zonas por el rayado.

Técnicas utilizadas

Durante la época del paleolítico superior, las figuras dibujadas en cuevas eran por lo general representaciones de animales y líneas. Ya llegando al Neolítico las representaciones no solo incluían a los animales, sino también a los seres humanos, el medio ambiente y manos, mostrando además el comportamiento habitual que existía en las colectividades y su interacción con las criaturas del entorno y sus deidades.

Las imágenes recurrentes en los grabados de rocas (tal y como aparecen en el interior de Altxerri) fueron bisontes, caballos, mamuts, ciervos, renos, etc., aunque los grabados de manos también eran muy frecuentes. En un mismo sentido, también se podía observar dibujos de animales heridos por las flechas.

Los motivos y los materiales que se empleaban para desempeñar estas figuras son muy similares entre sí, a pesar de los miles de kilómetros de distancia y miles de años en el tiempo. Todos los grupos de personas dependían de la caza y de la recolección de frutos para llevar a cabo este tipo de trabajo pictórico.

Las figuras que se encuentran en la Cueva de Altxerri por lo general están conformadas por uno o dos colores, incluyendo algunos negros, rojos, amarillos y ocres. Los colores, también conocidos como pigmentos, eran de origen vegetal (como el carbón vegetal) de fluidos y desechos corporales (como las heces), compuestos minerales (como la hematita, la arcilla y el óxido de manganeso) al combinarse con un aglutinante orgánico (resina o grasa).

Puesto que, en un principio la cueva estaba ubicada en el interior del terreno y las pinturas se hallan en zonas de oscuridad completa o casi completa, se cree que los artistas de ese entonces se auxiliaban con unas pequeñas lámparas de piedra alimentadas con tuétano.

La técnica empleada era colocarse la pintura en los dedos, aunque también se podía escupir la pintura sobre la roca, o se soplaban con una caña hueca finas líneas de pintura. En algunas oportunidades, los pigmentos se colocaban de manera directa sobre la pared y de esta manera, se podían mezclar con algún aglutinante y aplicar con cañas o con pinceles rudimentarios. Para hacer el trazo se empleaban ramas quemadas y bolas de colorante mineral aglutinadas con resina.

En un mismo sentido, era muy común el utilizar los desniveles y hendiduras de la pared para dar la sensación de volumen y realismo. Igualmente, otro método que era frecuenta el marcar o raspar para generar incisiones y así producir un contorno más realista y notorio en la roca.

Descubrimiento e investigaciones realizadas

El descubrimiento de la Cueva de Altxerri así como el hallazgo de sus magnificas pin turas rupestres estuvo divido en dos etapas diferentes. En la zona donde se encontraba la misma no se tenía conocimiento de que existiera caverna alguna, hasta que en el año 1956 se construyó la carretera que pasa por delante del caserío Altxerri. Para esto se tuvo que instalar una cantera provisional, para poder extraer material de las calizas, que se encuentran detrás de dicho caserío.

Al utilizar dinamita una de las explosiones abrió un agujero de un metro de ancho por 80 cm de alto. Desde el mismo se pudo visualizar una larga y amplia galería, que desde un comienzo no tuvo mayor trascendencia que la de atraer a algunos muchachos de Orio y Zarautz, que se introducían en ella para explorarla. No obstante, para la suerte de todos el trabajo de la cantera concluyó en este punto, porque habían obtenido ya el material suficiente para su propósito.

Años más tarde al enterarse por la Sociedad de Ciencias Aranzadi del hallazgo y de la existencia de simas en la galería abierta, procedieron a su exploración. Mientras se realizaban las preparaciones para entrar, se observaron unos trazos negros en la pared cercana a la sima que formaban la figura de un bisonte. A partir de este punto se encontraron más figuras en otros lugares de la cueva.

Este hallazgo fue anunciado a José Miguel de Barandiaran, Director a la sazón del Departamento de Prehistoria de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. El mismo se presentó a la cueva en compañía de los descubridores, certificando la autenticidad del descubrimiento.

Sin embargo, debido a los escritos realizados años anteriores por los adolescentes los investigadores tuvieron que actuar con cautela para realizar el estudio del conjunto rupestre paleolítico. La primera acción a tomar fue la instalación de una puerta que mantuviera cerrada la cueva. Luego de esto, se anunció el hallazgo arqueológico. Una vez que se dio a conocer, la cueva fue bautizada como Altxerri, del caserío próximo a ella.

J.M. de Barandiaran llevo a cabo el primer estudio de las figuras y posteriormente fue dado a conocer en la revista Munibe en 1964. Ya para el año 1976, el autor de estas líneas trabajando en conjunto con J.M. Apellániz, publicó un segundo estudio de las figuras en la misma revista Munibe.

Durante ambos trabajos también se pudo descubrir que en el interior de la cueva, la entrada natural de la misma estaba muy cerca de la artificial abierta por la cantera y que además está completamente sellada por sedimentos y mantos estalagmíticos. Esta apertura natural hasta los días actuales no se ha abierto.

Como se sabe, en el interior de esta cueva se encuentran una serie de pinturas y grabados, estos últimos con el paso de los años se han mantenido en excelentes condiciones, mientras que las figuras se han deteriorado. Existe una gran cantidad de humedad en las paredes de algunos lugares, por lo que el daño en las pinturas ha sido muy drástico.

La Cueva de Altxerri se mantiene cerrada al público hasta los días actuales, esto se debe a la fragilidad de las figuras. Solo se permite la visita de prehistoriadores que acreditan su calidad de investigadores con sus publicaciones.

 

Ha sido todo por el artículo de hoy, esperamos que la información proporcionada haya sido de gran ayuda. Le hacemos la invitación a leer también: Lago Ness y Palenque Chiapas